sábado, 8 de noviembre de 2008

FAUNA DE LA UNIVERSIDAD

GRULLA COMÚN -Grus grus-
Familia Gruidae

CENTENARES DE GRULLAS RECORREN NUESTROS TERRITORIOS UNIVERSALES PARA REFUGIARSE DE LOS FRÍOS POLARES Y EN BUSCA DE ALIMENTO, DE VIAJE HACIA LAS EXTENSAS DEHESAS DE EXTREMADURA Y PORTUGAL.

En estos días de noviembre podemos asistir a otro de los espectáculos que nos ofrece la Naturaleza. El fenómeno de la migración está en pleno proceso y son miles los ejemplares, de diferentes especies de aves, los que vuelan recorriendo enormes distancias, miles de km, para encontrar el alimento que en muchos de los casos los terribles fríos árticos o la nieve persistente les ocultan en sus territorios naturales, en los que se reproducen y pasan la mayor parte de su existencia.
Vienen desde los países escandinavos, también de las extensas praderas y estepas polacas. Su destino, los cuarteles de invierno situados en el extremo meridional de la vieja Europa, principalmente la península ibérica, que es rica sobre todo en bellota. Las grandes dehesas de Extremadura y de Portugal, pobladas de encinas o alcornoques, que ofrecen su fruto a numerosas especies de fauna, se convierten, así, en la gran despensa continental. En su recorrido utilizan enclaves tan interesantes como la laguna de Gallocanta, entre Teruel y Zaragoza y la laguna más cercana a nosotros, el pantano de El Oso. Hay años en que muchos de estos ejemplares se quedan en el sureste de Francia, las grandes extensiones de maíz cumplen con la satisfacción trófica durante el tiempo imprescindible, antes de organizar el retorno a lo largo del mes de febrero.

La grulla común ofrece una envergadura algo mayor que una cigüeña blanca, un plumaje gris más o menos uniforme, manchas negras sobre cabeza y parte superior del cuello, siendo la parte posterior y las mejillas de color blanco y una llamativa mancha roja en la cabeza. Su tráquea alargada forma una caja de resonancia que les permite emitir potentes gritos, que son escuchados a más de 2 km de distancia.

Ambiente, estos días, en la laguna de El Oso

Muy gregaria, forma bandos muy numerosos y grandes concentraciones en los lugares que le son favorables. Los grupos familiares siempre migran juntos. Resulta muy curiosa la forma de V que diseñan los bandos en sus desplazamientos, confundibles con los de los gansos que optan por el mismo diseño, siendo, finalmente, los sonidos inconfundibles que nos trasmiten, determinantes para su correcta identificación a cierta distancia.


Su hábitat más característico son los encinares y las llanuras cerealistas donde resulta fácil su observación en los clásicos campeos nutricionales. Los dormideros se sitúan en grandes embalses, por ejemplo: El Rosarito, en Candelada y sobre lagunas esteparias y pastizales, como es el caso del dormidero de la localidad de El Oso. Este año, posiblemente, sea el observatorio más antiguo el lugar ideal para tener buenas observaciones. Os recomendamos ir provistos de prismáticos y si lleváis telescopio, la observación, sin duda, será más satisfactoria.


Las mejores horas para una buena observación son las primeras luces del alba y sobre todo las entradas que realizan las bandadas, de hasta un centenar de ejemplares en numerosas ocasiones, a lo largo de la última hora del día. Con un poco de suerte veremos las suaves entradas y escucharemos los trompeteos característicos que realizan a su regreso. Mientras los campos adormecen y la flora pausa su savia, son numerosas las especies, de avifauna, que mantienen su actividad, ofreciéndonos la posibilidad de su contemplación y el disfrute temporal de los sentidos. Buena suerte.

Puesta de sol, el viejo observatorio y la laguna de El Oso

Fotografía: V. Coello