Se aprecia la entrada de paloma torcaz -Columba palumbus- en numerosas zonas de la Península Ibérica.
Estas palomas suelen atravesar la península para pasar el otoño y parte del invierno en amplias zonas de Extremadura y el sureste de Portugal. Varios millones de ejemplares suelen ser censados todos los años por personal especializado. En Castilla y León son los Agentes Medioambientales los encargados del seguimiento de los dormideros y de los pasos de control.
En nuestros Territorio Naturales de La Moraña y Tierra de Arévalo suelen permanecer de paso aprovechando las manchas de encinar para descansar y proveerse reservas para las etapas finales. De todos modos, se viene observando estos últimos años que la modificación de cultivos de secano a regadío y en concreto las plantaciones de maíz, ayudan a que las palomas permanezcan más tiempo en la zona e incluso realicen la invernada por estos lares.
La bellota, en este caso de encina -Quercus ilex rotundifolia- favorece la presencia de la paloma torcaz y también de otras especies de fauna como por ejemplo: el jabalí -Sus scrofa- que recorre estas manchas de encinar para alimentarse y preparar la llegada del crudo invierno continental.
GALÉRIDA ORNITÓLOGOS/imagen: V.Coello