jueves, 29 de diciembre de 2016

El Territorio Natural nº 03

A través de este número damos a conocer las fichas, con recopilación de información, sobre las tres plantas con las que estamos trabajando en la propuesta ambiental de declaración como Microrreserva de Flora Vascular del Paraje Natural de Cantazorras & Castillo de Arévalo, las cuales se encuentran incluidas en el Decreto 63/2007. Un trabajo realizado a propuesta de la Junta de Castilla y León y elaboradas por los siguientes organismos: Departamento de Botánica de la Universidad de Salamanca, Departamento de Biología Vegetal de la Universidad de León e Instituto de Ciencias Ambientales (ICAM) de la Universidad de Castilla La Mancha.
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viernes, 23 de diciembre de 2016

El Territorio Natural nº 02

Publicamos en este nº 02 de "El Territorio Natural" un exclusivo trabajo sobre la propuesta de declaración de "Microrreserva de Flora Vascular en el Paraje Natural de Cantazorras & Castillo de Arévalo.
La presencia de 3 especies de gran interés para Castilla y León requiere de esta figura de protección administrativa. Se encuentran incluidas en el Catálogo de Flora Protegida y consideramos que su situación pasa por una fase crítica con riesgo incluso de desaparecer.
A partir de enero se iniciará la recogida de firmas que nos ayude a seguir reclamando a la Junta de Castilla y León que así se declare.
Por otra parte, ya se ha registrado una PNL, proposición no de ley, para su debate en la Comisión de Medio Ambiente de las Cortes de Castilla y León, todo un reto para el que pedimos apoyo de los lectores.
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Árboles singulares

Un catálogo de árboles singulares para Arévalo
Los árboles constituyen, sin duda, una de las más atractivas manifestaciones en el medio natural y en la trama urbana de nuestros pueblos y ciudades. Algunos de ellos cumplen funciones ecológicas de relevancia o reúnen una serie de atributos excepcionales en relación a sus dimensiones, porte, edad y peculiaridad de la especie. Otros, representan hitos en la cultura e historia de nuestra comunidad o forman parte ya de los recuerdos activos en nuestra memoria. En Arévalo existe una interesante variedad de especies arbóreas autóctonas como consecuencia de los diferentes e interrelacionados ecosistemas o ecotonos ambientales presentes. Su territorio natural se sitúa en una encrucijada natural entre dos ríos, Adaja y Arevalillo, los cuales han determinado el perfil de sustratos geológicos a lo largo de miles y miles de años entre ambas cuencas. Además, diversas manifestaciones del Terciario, desde la arcilla hasta la caliza, o del Cuaternario con los depósitos dunares silíceos, han ido conformando un abanico de variables ambientales que permite poseer un singular elenco de especies de flora vascular, arbustiva y arbórea. También la altitud en relación al nivel del mar y su clima continental determinan la temperatura, las precipitaciones y la habitabilidad de las especies, sin olvidar, la introducción de algunas especies en el entramado urbano que, con el paso del tiempo, se han incorporado al paisaje cotidiano quedando presentes en las calles y paseos de nuestra ciudad y entorno rural. Entendemos, desde Galérida Ornitólogos, que determinados ejemplares arbóreos tienen valor como bien patrimonial, un significado cultural e histórico innegable y un rasgo científico y etnobotánico de singular transcendencia que nos obliga a su conservación. Por ello, hemos recopilado un conjunto de ejemplares que, a nuestro juicio, reúnen las características anteriormente reseñadas y que formarán parte del inicial “Catálogo de Árboles Singulares de Arévalo”. Un apunte más, consideramos relevante incluir aquellos conjuntos arbóreos y arbustivos que resulten también singulares y merecedores de su conservación.

Son varias las personas y los colectivos que han participado en la localización e identificación de los ejemplares que se incluirán en el catálogo, que por otra parte supone, un preciado legado que hemos recogido de nuestros antepasados y que nos comprometemos a preservarlo para las generaciones siguientes mientras dure su capacidad biológica. Felicitaciones por el trabajo. Cedros del Líbano, Cipreses, Pinos piñoneros, Tejos, Álamos, Chopos lombardos, Fresnos, Plátanos, como el de las imágenes, o algún frutal excepcional son algunos de los ejemplares que estamos incorporando a este catálogo. Conjuntos singulares de coníferas variadas, vestigios de paisajes naturales como la zona de Amaya, riberas de Machín o los propios doseles arbóreos del paseo fluvial del río Arevalillo, entre otros, también forman parte de esta iniciativa natural. Con este catálogo pretendemos que estos árboles sean respetados, tengan el aprecio social de los vecinos y vecinas de Arévalo y que se definan las garantías suficientes para su conservación efectiva. Resulta por tanto necesario que la Administración local, nuestro Ayuntamiento, ampare y garantice la conservación y la protección de estos auténticos monumentos vivos, de tal manera que Arévalo y sus ciudadanos y ciudadanas puedan disfrutar de ellos durante tantos años como lo permita su ciclo biológico.
 
Víctor Andrés Coello Cámara / Galérida Ornitólogos

P:D: Artículo publicado en "La Llanura" Revista mensual de cultura y patrimonio publicada por "La Alhóndiga de Arévalo" nº 91.

sábado, 17 de diciembre de 2016

En contra del veneno y las quemas / controles biológicos del topillo campesino

Las resoluciones aprobadas por la Consejería de Agricultura y Ganadería de la Junta de Castilla y León para contrarrestar la denominada como “plaga de topillo campesino” preocupan de forma alarmante a los grupos conservacionistas de esta Comunidad. El uso de veneno en cuatro comarcas así como las autorizaciones de quema no resolverán el problema de fondo y contradice el catálogo propuesto por la Administración en fechas previas a estas publicaciones.
La citada consejería, a través de la Dirección General de Producción Agropecuaria e Infraestructuras Agrarias, ha adoptado como medida fitosanitaria la aplicación con producto rodenticida formulado con bromadiolona y la quema de la cubierta vegetal en vías de dispersión para la prevención y control de la plaga del topillo campesino (Microtus arvalis) en territorios de Castilla y León. Argumentan que el sistema de vigilancia y control de la población de topillos, previsto en el Plan director de lucha contra las plagas agrícolas en Castilla y León, detectó un incremento demográfico de estas poblaciones en la primavera de 2016, momento a partir del cual se intensificó la vigilancia sobre la evolución de los topillos con evaluaciones extraordinarias en todo el territorio comunitario. Al parecer, la situación se trasladó al grupo de expertos sobre vertebrados perjudiciales en agricultura y en la reunión celebrada en Madrid, el pasado 14 de octubre, se reconocía la existencia de una situación de emergencia fitosanitaria a juicio de las administraciones.

Desde Galérida Ornitólogos, valoramos como muy negativas las dos resoluciones adoptadas y nos remitimos a las experiencias pasadas en la anterior plaga de topillos de 2007. Entonces se pudo comprobar cómo el uso indiscriminado de veneno por los campos de Castilla y León generó enormes desequilibrios en las poblaciones de seres vivos e incluso hasta la Federación Regional de Caza elevó la voz para criticar el uso de veneno y las consecuencias sobre las especies cinegéticas. Las secuelas de este procedimiento administrativo se padecen aún en extensos territorios comarcanos y pueden verse agravadas por una nueva autorización que carece de rigor resolutivo cuando los métodos a emplear deberían ser otros como la propia Junta argumentaba hace escasos días. Laboreos adecuados y preventivos, encharcamientos y vigilancia puntual, la ayuda de agentes externos como rapaces diurnas y nocturnas, la aplicación de sistemas de trampero respetuosos, etc. pueden y deben ser las normas básicas de actuación a nuestro juicio. El uso de veneno no es la panacea para resolver un problema que tiene su origen en los profundos desequilibrios causados como consecuencia de técnicas agrícolas extensivas, monoespecíficas en las variedades de cultivo y agresivas con el suelo y el equilibrio biológico de todos los seres vivos que viven en contacto con él. Las comarcas agrarias afectadas por el uso de veneno son: Campos en Palencia, Campos-Pan en Zamora, Tierra de Campos en Valladolid y Peñaranda de Bracamonte en Salamanca. Varios municipios de esta última comarca son colindantes con municipios de la comarca de La Moraña en Ávila.

Con las quemas vuelven a cometerse errores pasados y existen serias dudas sobre su idoneidad. Quemar cunetas, linderos y desagües supone arrasar estos pequeños espacios que sirven como reservorios para numerosas especies tanto protegidas como cinegéticas y que podrían colaborar activamente en el control del topillo. Una vez más se adoptan medidas desmedidas que ahondan más en el desequilibrio estructural de las pirámides poblacionales existentes y que con gran dificultad han tenido que adaptarse a las tremendas concentraciones agrarias, a los monocultivos, a la desertización creciente de gran parte de nuestro agro, a la sobreexplotación de los recursos faunísticos, a las molestias ocasionadas campaña tras campaña, o las quemas indiscriminadas que han ido empobreciendo los suelos comunitarios, así como un reguero de decisiones técnico-administrativas desafortunadas que han conducido al campo agrario comunitario a un desequilibrio y debilitamiento biológico sin parangón.

Este pasado jueves 15 de diciembre hemos asistido en Valladolid a una reunión de coordinación alternativa para estudiar las medidas que ha puesto en marcha la Junta de Castilla y León. Un nutrido grupo de asociaciones conservacionistas, con la voluntad de poner el mayor freno posible a esta improvisada reacción a base de veneno y quemas en las vías de dispersión, aunarán esfuerzos para hacer llegar a la sociedad y a los agentes implicados su desacuerdo y sus propuestas alternativas ante la situación administrativa creada. Entre los temas abordados se consensuó finalmente presentar sendos recursos de alzada a las dos resoluciones publicadas en el BOCyL de 15 de diciembre. También, realizar una solicitud formal sobre los informes técnicos de la comisión de roedores y otros vertebrados del comité científico de lucha contra las plagas agrícolas en Castilla y León, en reunión celebrada el día 16 de noviembre de 2016, en la cual se valoró el informe de evaluación y estado de situación del topillo campesino correspondiente al periodo comprendido entre julio de 2012 y agosto de 2016, así como el informe con los resultados de la evaluación extraordinaria realizada durante los meses de septiembre y octubre de 2016. Otra iniciativa acordada será la creación de una plataforma colectiva y ciudadana y la redacción de un documento que recoja todos los aspectos de interés sobre esta problemática en el que se acentuarán los aspectos negativos de las medidas adoptadas por la administración y los argumentos en los que se apoye la plataforma para el conocimiento, reflexión y debate de las alternativas que se vayan proponiendo desde la misma. Se pretende que este documento sirva para afianzar alianzas con los sectores afectados con el fin de que sea compartido y puedan adherirse otras entidades públicas y sociales.

No cabe duda que la riqueza que aportan nuestros campos debería considerarse como un bien patrimonial tangible y necesario para todos. Somos números y cada día más, los ciudadanos que contribuimos con nuestros impuestos al marco general en el que sitúa la agricultura como una actividad estratégica de primera magnitud. De ella dependemos para comer y consideramos a este sector primario como el garante primigenio de nuestra salud y de nuestro bienestar social. Por estos motivos y por otros, nos mostramos muy preocupados por estas resoluciones que abogan por un modelo desfasado y peligroso. El uso de veneno prohibido, aunque se autorice de manera excepcional, crea un gran desasosiego en importantes capas de la sociedad que, como bien reseñábamos en líneas anteriores, paga sus impuestos para que las cosas se hagan bien y no se generen problemas encadenados. No queremos veneno y no queremos quemas pueriles de nuevo. La experiencia y los estudios que se realizan contravienen este tipo de prácticas que por ancestrales no tienen por qué ser adecuadas y de hecho no lo son.

La relación de colectivos asistentes es la siguiente: Grupo de Estudio Ambientales Galérida Ornitólogos (La Moraña AV), Asociación para la Recuperación del Bosque Autóctono (ARBA Valladolid), Asociación para la Conservación y Estudio de la Naturaleza de Valladolid (ACENVA), Colectivo Bellotero (Salamanca), Colectivo Azálvaro (Segovia), Asociación para la Conservación y Estudio del Lobo Ibérico (ASCEL), Grupo para la Rehabilitación de la Fauna Autóctona (GREFA), Asociación de Guías Ornitológicos y Alojamientos Rurales de Castilla y León (GOYARCYL) y Ecologistas en Acción (Castillas y León). También asistió Javier Viñuela (IREC). Otros colectivos que han mostrado su apoyo son: Asociación Garrapinos (Valladolid), Asociación de Naturalistas Palentinos (ANPA), Asociación Zamorana de Ciencias Naturales y Asociación para el Estudio y Protección de la Naturaleza URZ (León).

Imágenes de autor (2, 3, 4 y 5) GREFA (1 y 6)
Nota de prensa: GALÉRIDA ORNITÓLOGOS

lunes, 12 de diciembre de 2016

La migración del lúgano (Carduelis spinus) en La Moraña, Ávila.

Esta nota, extraída de mi cuaderno de campo y elaborada para dar cuerpo a este artículo, pretende divulgar algunos aspectos, a mi parecer interesantes, sobre una especie paseriforme de la cual se suele hablar más bien poco. Quiero compartir algunos de los apuntes que he ido recogiendo en fases más o menos discontinuas a lo largo de los últimos 25 años, aproximadamente. Se trata, en definitiva, de trasmitir los datos recopilados sobre los movimientos migratorios de los ejemplares de lúgano que he podido observar en la comarca de La Moraña.
 
Topónimo o nombre vernáculo comarcal: Ubaro, Búbalo.
El Lúgano europeo (Carduelis spinus), últimamente denominado como Jilguero lúgano (Spinus spinus), es un pequeño paseriforme perteneciente a la familia de los fringílidos (Fringilidae) con un interesante flujo de ejemplares en movimientos migratorios dispersos a través de la Península Ibérica. Suelen coincidir con las inclemencias meteorológicas de estos meses otoñales y de invierno características de los países más nórdicos y que suelen acarrear además de fuertes bajadas de temperatura una total falta de alimento disponible para estos pequeños pajarillos. El lúgano tiene una distribución paleártica muy definida y por sus peculiares o particulares pautas migratorias suele ser muy complicado establecer sus límites geográficos migratorios así como el flujo o número de ejemplares que se mueven. Sobre la primera referencia puedo comentar que numerosos ornitólogos citan a los Países Bajos en ese límite de latitud.

En la Península Ibérica.
La mitad norte de la península se convierte en una importante zona de invernada con citas sobre reproducción del lúgano sobre todo en Los Pirineos y en la Cordillera Cantábrica. Hay datos de los años 60 y 70 sobre anillamiento de pollos, ejemplares inmaduros e incluso adultos. Hoy en día no es raro escuchar sus cantos y ver ejemplares aislados en ambas Comunidades Castellano Leonesa y Manchega asi como en la Comunidad de Madrid. Es probable que se reproduzca, de forma ocasional, en zonas del Sistema Central.

En La Moraña.
En época invernal puede encontrase, de manera irregular, en cualquier ecosistema de la comarca con una notable querencia, sobre todo a los grandes bosques y pinares islas de Pino resinero (Pinus pinaster), en donde puedan acceder de manera inmediata a los cursos fluviales para alimentarse de las “piñas” de alisos (Alnus glutinosa), espinos (crataegus monogyna), cardos borriqueros (Onopordum acanthium) o cardos marianos (sylibum marianum) entre otras y, también, en terrenos abiertos como las zonas de cultivos, perdidos y barbechos para alimentarse de las abundantes semillas de plantas dicotiledóneas.
En las notas de campo sobre esta especie, en el año 2009 y 2011, se tiene constancia por medio de avistamientos de ejemplares adultos de lúganos durante los meses que comprenden la primavera y el verano, en zonas abiertas de cultivo ligadas a bosques maduros de coníferas y riberas fluviales próximas, pero sin constatar una posible reproducción.
 
Fenología.

Explosiones demográficas en la comarca.
En los años 90 y con una fiel y marcada regularidad cada 4 años, a la comarca llegaban enormes bandos compuestos por varios cientos de ejemplares de esta especie, llegando a ser el lúgano el ave más común en nuestros campos durante esos inviernos discontinuos. Estas congregaciones demográficas eran de tal magnitud que incluso se observaban lúganos alimentándose en las calles de los pueblos de La Moraña, en los parques urbanos e, incluso, en jardines de las casas. El año 1993 fue un abundante año de estos pájaros migradores anotándolo en mi libreta como el año en que más lúganos tuve constancia. Incluso, en algunas ocasiones, se llegaba a observar a algunos ejemplares posados sobre las antenas de televisión de las casas de los pueblos.
A partir del año 2000 se observó que, en los inviernos en los que la migración de los lúganos era normal, el número de ejemplares empezó a ser más escaso. Posteriormente, coincidiendo con años de congregaciones, se comprobó radicalmente que los lúganos dejaban de hacer movimientos masivos discontinuos por la comarca.
Debido a la paulatina subida de las temperaturas en estos últimos 30 años, en los que los inviernos extremos han dado paso a inviernos benignos, estas aves pueden encontrar alimento con más facilidad por el resto de Europa. Este puede ser uno de los motivos, entre otros, por el cual hayan dejado de migrar más al sur, siendo, actualmente en la comarca, unos fringílidos comunes pero ya no tan abundantes.
Pese a que hubo años posteriores más fríos, se empezó a notar como mermaban las migraciones y actualmente, en los avistamientos que se vienen realizando se observan pequeños bandos que raramente superan los 10 o 12 ejemplares.
 
Este otoño-invierno recién estrenado se augura escaso. La llegada de “úbaros” a estas tierras castellanas ha sido muy leve, los primeros registros son del día 8 y el día 10 del pasado octubre, y con bandos de ejemplares no superiores a la media docena.
Quizás, el cambio climático esté influenciando más a unas aves que a otras, como en este caso, y su instinto pajaríl, bien sea por disponibilidad de alimento, temperaturas o cualquier otro factor, crean que no han de bajar más abajo de Francia. Más que por alimento creo, en años atrás eran empujados Iberia por bajas temperaturas y climas adversos. He dicho creo…
 
David García López, Galérida Ornitólogos  
Referencias: imagen 1, ejemplar macho / imagen 2, ejemplar hembra / imagen 4, fuente: datosclima.es (los datos son aproximados, ya que los inviernos suelen ser más fríos en la comarca)                                                                                                                                                                           

jueves, 8 de diciembre de 2016

Galérida Ornitólogos solicita el deslinde y amojonamiento de la Cañada Real Leonesa Occidental en Arévalo

El pasado 30 de noviembre de 2016, desde Galérida Ornitólogos, presentamos en el registro del Excmo. Ayuntamiento de Arévalo un escrito por el que solicitamos la aprobación, en Pleno Municipal de este Ayuntamiento, de la solicitud formal a la Junta de Castilla y León para que se inicie el expediente de deslinde y amojonamiento de la "Cañada Real Leonesa Occidental" en el tramo que discurre entre la ermita de La Caminanta y el puente de Los Lobos en una primera fase. Y, a continuación, el deslinde y amojonamiento de esta vía pecuaria en todo su recorrido por el término municipal de Arévalo.
 
El texto integro del documento es el siguiente:
El pasado lunes, 21 de noviembre, Arévalo volvía a ser lugar de paso para un numeroso rebaño de ovejas en trashumancia hacia lugares más favorables de la Comunidad de Madrid. El Ayuntamiento de Arévalo celebró la Fiesta de la Mesta, por tercer año consecutivo, con el paso de 2.000 ovejas a través de lo que en su día fuera la Cañada Real Coruñesa (actual Avda. de Emilio Romero). El Ayuntamiento y la Asociación de Amigos del Museo de las Ferias y el Patrimonio de Medina del Campo han contribuido de nuevo con la Asociación Trashumancia y Naturaleza en la recuperación de esta antigua práctica de trasiego ganadero a través de la Península Ibérica. Desde antiguo, en España se configuró un patrimonio público, especialmente protegido, destinado al uso predominante de la ganadería ovina. El Real Concejo de la Mesta, el importante recurso económico y estratégico que representaba la lana en gran parte del Imperio y países periféricos y el control político del territorio hicieron posible esta realidad. Sin embargo, las cañadas o vías pecuarias, hoy en día, constituyen un patrimonio ciudadano que sufre desprotección, ocupaciones y roturaciones fraudulentas y en cierto modo desidia institucional por parte de las administraciones tutoras. Su definición la encontramos rápidamente en la vigente Ley 3/1995, de 23 de marzo, de vías pecuarias, donde su artículo primero dice: “Se entiende por vías pecuarias las rutas por donde discurre o ha venido discurriendo tradicionalmente el tránsito ganadero”.

Desde Hace cientos de años, la situación estratégica en la que Arévalo se encuentra ha propiciado que este territorio sea un importante cruce de cañadas. La leyenda de nuestros mapas geográficos refleja la existencia de varias vías pecuarias, algunas de ellas con un papel activo en el casco urbano o en las inmediaciones. La Cañada Real Leonesa Occidental, la Cañada Real Coruñesa, la Cañada Burgalesa, el Cordel de Toledo, la Vereda de la Calzada de Peñaranda son algunos de sus ejemplos. Es verdad que esta actividad agro-ganadera está en desuso en la actualidad salvo esporádicas fechas conmemorativas como la que nos ocupa. El uso de las cañadas o vías pecuarias ha ido cambiando inexorablemente y la mayor parte de la ciudadanía lo percibe así. La propia dinámica de la sociedad y la evolución de los tejidos agroambientales están forzando hasta el ámbito residual la función de la cañada como espacio de tránsito o descansadero ganadero.
Por el contrario, la sociedad actual demanda otros usos y otra funcionalidad para este patrimonio público y ganan peso otros conceptos como las funciones ecológicas, el ocio y esparcimiento sin olvidarnos de su función histórico-cultural. La propia Ley manifiesta a continuación, en el punto 3: “Asimismo, las vías pecuarias podrán ser destinadas a otros usos compatibles y complementarios en términos acordes con su naturaleza y sus fines, dando prioridad al tránsito ganadero y otros usos rurales, e inspirándose en el desarrollo sostenible y el respeto al medio ambiente, al paisaje y al patrimonio natural y cultural”. El siguiente artículo, sobre la naturaleza jurídica de las vías pecuarias, escribe de manera clara y sosegada lo siguiente: “Las vías pecuarias son bienes de dominio público de las Comunidades Autónomas y, en consecuencia, inalienables, imprescriptibles e inembargables”. Como última referencia cabe citar, además, que en la primera parte de la exposición de motivos de la ley encontramos varios párrafos de gran interés para terminar de dar cuerpo a esta solicitud y que entre otros destacamos los siguientes: “también han de ser consideradas las vías pecuarias como, esenciales para la migración, la distribución geográfica y el intercambio genético de las especies silvestres”… “Finalmente, y atendiendo a una demanda social creciente, las vías pecuarias pueden constituir un instrumento favorecedor del contacto del hombre con la naturaleza y de la ordenación del entorno medioambiental”… “Todo ello convierte a la red de vías pecuarias –con sus elementos culturales anexos- en un legado histórico de interés capital, único en Europa, cuya preservación no garantiza en modo alguno la normativa vigente” (este era uno de los motivos para aprobar la Ley, en 1995).

Expuesto lo anterior sobre el papel, nos vamos al campo y la primera realidad con la que nos encontramos es que sabemos más o menos por dónde van la cañadas, más o menos atisbamos su anchura, la que no ha sido usurpada, claro, más o menos… más o menos reiteradamente y ahí nos quedaremos en la mayor parte de los tramos de las cañadas a su paso por Arévalo. Es verdad que existe un proyecto de clasificación de las cañadas pero también es verdad que es insuficiente. Es necesario que se den los siguientes pasos para que estos espacios, este patrimonio y este dominio público pueda ser percibido como tal con total nitidez. Los pasos siguientes deberán ser el deslinde y el amojonamiento, la desafectación y cualesquiera otros actos relacionados con las mismas como bien recoge el artículo quinto de la citada ley de vías pecuarias sobre conservación y defensa de las mismas. Volvemos a nuestros terrenos y comprobamos, además, que las cañadas pueden servirnos para complementar espacios ambientales que poco a poco y no sin cierta dificultad, se van recuperando para el uso social de las gentes de Arévalo y la Comarca de La Moraña. En paralelo con el Paseo Fluvial del río Arevalillo discurre la Cañada Real Leonesa Occidental y claro, su recorrido, anchura y otros aspectos resultan dudosos. Comprobamos que no se encuentra deslindada y tampoco amojonada y ni siquiera sabemos si este patrimonio ciudadano se mantiene en su cabida o superficie original y no ha sido usurpado e invadido. Por ende, esta solicitud pretende ser una reflexión y a la vez una demanda.

La reflexión está servida y tenemos claro que es un patrimonio a reciclar cuyo primer paso eficaz es demandar que se revise su clasificación y se proceda a su deslinde y al amojonamiento del espacio real por donde discurre. La cañada Real Leones Occidental va jalonando las aguas del río Arevalillo en su vertiente oeste y destacan al menos tres tramos de interés en las proximidades del casco urbano de Arévalo. Uno de ellos, el que discurre entre la ermita de La Caminanta y el puente de Los Lobos, resulta prioritario para consolidar un gran espacio de uso público que permita el tránsito administrativo al cual hemos denominado “De Paseo a Parque Fluvial del río Arevalillo”. Este parque fluvial abarca una superficie de titularidad pública de más de 100.000 metros cuadrados y su consolidación física y administrativa redundará en el beneficio de la sociedad arevalense al refrendarse como Bien Patrimonial Natural una serie de espacios geográficos en bastante desuso hasta hace escasas fechas. El ayuntamiento tiene herramientas administrativas suficientes para impulsar, ante la Administración Comunitaria de la Junta de Castilla y León, el inicio del expediente oportuno que desemboque en el amojonamiento del tramo más urbano de la Cañada Real Leonesa Occidental, en la primera fase de actuación.

Comenzábamos esta solicitud con una mención expresa al paso reciente de ganado trashumante por la ciudad y la implicación del propio ayuntamiento en esa III Fiesta de la Trashumancia y creemos firmemente que se puede hacer más.
Por todo lo expuesto en el presente escrito, SE SOLICITA:
La aprobación, en Pleno Municipal de este Ayuntamiento, de la solicitud formal a la Junta de Castilla y León para que se inicie el expediente de deslinde y amojonamiento de la Cañada Real Leonesa Occidental en el tramo que discurre entre la ermita de la Caminanta y el puente de Los Lobos en una primera fase. Y, a continuación, el deslinde y amojonamiento de esta vía pecuaria en todo su recorrido por el término municipal de Arévalo.
 
El Parque Fluvial del río Arevalillo puede ser una realidad si el ayuntamiento sabe consolidar este espacio natural dotándole de una protección administrativa eficaz y la elaboración de un programa integral de recuperación con proyectos que recojan la confluencia entre los vecinos y la naturaleza teniendo en cuenta los valores de paisaje natural, el patrimonio cultural, las construcciones civiles, la flora y la fauna autóctonas, entre otros aspectos relevantes y de interés. Se ha celebrado la I jornada de voluntariado ambiental con la colaboración activa de personas sensibilizadas con nuestro medio ambiente local; sigamos dando pasos hacia adelante.
Arévalo, 30 de noviembre de 2016

martes, 6 de diciembre de 2016

No a las podas brutales

En numerosos municipios de este país se está extendiendo, como una plaga, este tipo de técnicas pseudo-jardineriles. Desde hace años se vienen realizando estudios que recomiendan lo contrario. Cada árbol o arbusto tiene su propia figura, su propia expresión natural que es amputada por la costumbre de cortar la guía terminal en los propios viveros y por los trabajos de poda brutal que se realizan todos los años.
La escasa cualificación técnica de las personas contratadas para esta bárbara actuación así como la nula sensibilidad ambiental de los concejales y alcaldes responsables, en los variopintos municipios, deja una profunda huella y herida en el patrimonio público de la ciudadanía. La poda única es sinónimo de pensamiento único... sin palabras.
Reclamemos que se actúe con sentido de bien común.

Víctor Andrés Coello Cámara, aficionado a la botánica y a los paisajes urbanos naturales.

domingo, 4 de diciembre de 2016

Las Cañadas en Arévalo

Artículo publicado en "La Llanura" nº 88, septiembre 2016
Desde antiguo en España se configuró un patrimonio público, especialmente protegido, destinado al uso predominante de la ganadería ovina. El Real Concejo de la Mesta, el importante recurso económico y estratégico que representaba la lana en gran parte del Imperio y países periféricos y el control político del territorio hicieron posible esta realidad. Sin embargo, las cañadas o vías pecuarias, hoy en día, constituyen un patrimonio ciudadano que sufre desprotección, ocupaciones y roturaciones fraudulentas y en cierto modo desidia institucional por parte de las administraciones tutoras. Su definición la encontramos rápidamente en la vigente Ley 3/1995, de 23 de marzo, de vías pecuarias, donde su artículo primero dice: “Se entiende por vías pecuarias las rutas por donde discurre o ha venido discurriendo tradicionalmente el tránsito ganadero” y a continuación: “Asimismo, las vías pecuarias podrán ser destinadas a otros usos compatibles y complementarios en términos acordes con su naturaleza y sus fines, dando prioridad al tránsito ganadero y otros usos rurales, e inspirándose en el desarrollo sostenible y el respeto al medio ambiente, al paisaje y al patrimonio natural y cultural”. El siguiente artículo, sobre la naturaleza jurídica de las vías pecuarias, escribe de manera clara y sosegada lo siguiente: “Las vías pecuarias son bienes de dominio público de las Comunidades Autónomas y, en consecuencia, inalienables, imprescriptibles e inembargables”. La Ley se entretiene en numerosos y necesarios aspectos dispositivos en los cuales no nos vamos a detener puesto que el objeto de este artículo es informar de la realidad existente hoy en día en Arévalo. Finalmente, las vías pecuarias tienen hasta tres definiciones que indican su anchura: cañada cuando la anchura no exceda de los 75 m., vereda cuando su anchura no sobrepase los 37,5 m. y cordel cuando no sea superior a 20 m.

Arévalo siempre ha sido y sigue siéndolo, un cruce activo de culturas, caminos, ecosistemas y cañadas. La leyenda de nuestros mapas geográficos refleja la existencia de varias vías pecuarias, algunas de ellas con un papel activo en el casco urbano o en las inmediaciones. La Cañada Real Leonesa Occidental, la Cañada Real Coruñesa, la Cañada Burgalesa, el Cordel de Toledo, la Vereda de la Calzada de Peñaranda son algunos de sus ejemplos. Existe, curiosamente, un espacio donde confluyen algunas cañadas y es donde se encuentra la populosa Ermita de la Virgen de La Caminanta. “Caminante no hay camino… hagamos cañada al caminar…” una de las recetas médicas cada día más recomendada. Expuesto lo anterior sobre el papel, que lo aguanta todo, nos vamos al campo y la primera realidad con la que nos encontramos es que sabemos más o menos por dónde va la cañada, más o menos atisbamos su anchura, la que no ha sido usurpada, claro, más o menos…más o menos reiteradamente y ahí nos quedaremos en la mayor parte de los tramos de las cañadas a su paso por Arévalo. Es verdad que existe un proyecto de clasificación de las cañadas pero también es verdad que es insuficiente. Es necesario que se den los siguientes pasos para que estos espacios, este patrimonio, este dominio público sea percibido como tal con total nitidez. Los pasos siguientes deberán ser el deslinde y el amojonamiento, la desafectación y cualesquiera otros actos relacionados con las mismas como bien recoge su artículo quinto: Conservación y defensa de las vías pecuarias. Pero, la Administración Autónoma aún no está por la labor y tampoco se la espera.

En la primera parte de la exposición de motivos de la ley encontramos varios párrafos de gran interés para terminar de dar cuerpo a este trabajo. Entre otros destacamos los siguientes: “también han de ser consideradas las vías pecuarias como, esenciales para la migración, la distribución geográfica y el intercambio genético de las especies silvestres”… “Finalmente, y atendiendo a una demanda social creciente, las vías pecuarias pueden constituir un instrumento favorecedor del contacto del hombre con la naturaleza y de la ordenación del entorno medioambiental”… “Todo ello convierte a la red de vías pecuarias –con sus elementos culturales anexos- en un legado histórico de interés capital, único en Europa, cuya preservación no garantiza en modo alguno la normativa vigente” (este era uno de los motivos para aprobar la Ley, en 1995).

Volvemos a nuestros terrenos y comprobamos, además, que las cañadas pueden servirnos para complementar espacios ambientales que poco a poco y no sin cierta dificultad, se van recuperando para el uso social de las gentes de Arévalo y Comarca. En paralelo con el Paseo Fluvial del río Arevalillo discurre la Cañada Real Leonesa occidental y claro, su recorrido, anchura y otros aspectos resultan dudosos. Comprobamos que no se encuentra deslindada y tampoco amojonada y ni siquiera sabemos si este patrimonio ciudadano se mantiene en su cabida o superficie original y no ha sido usurpado e invadido. Por ello este trabajo pretende ser una reflexión y a la vez una demanda. La propia dinámica de la sociedad y la evolución de los tejidos agroambientales están forzando hasta el ámbito residual la función de la cañada como espacio de tránsito o descansadero ganadero. Por el contrario, la sociedad actual demanda otros usos y otra funcionalidad para este patrimonio público y ganan peso otros conceptos como las funciones ecológicas, el ocio y esparcimiento sin olvidarnos de su función histórico-cultural.

La reflexión está servida y tenemos claro que es un patrimonio a reciclar cuyo primer paso eficaz es demandar que se revise su clasificación y se proceda a su deslinde y al amojonamiento del espacio real por donde discurre. La cañada Real Leones Occidental va jalonando las aguas del río Arevalillo en su vertiente oeste y destacan al menos tres tramos de interés en las proximidades del casco urbano de Arévalo. Uno de ellos, el que discurre entre la ermita de La Caminanta y el puente de Los Lobos, resulta prioritario para armar la propuesta que se argumentaba en el anterior artículo denominado “De Paseo a Parque Fluvial del río Arevalillo”. Es decir, la catalogación de este espacio de más de 100.000 metros cuadrados dotándole de una protección administrativa eficaz y la elaboración de un programa integral de recuperación con proyectos que recojan la confluencia entre los vecinos y la naturaleza teniendo en cuenta los valores de paisaje natural, el patrimonio cultural, las construcciones civiles, la flora y la fauna autóctonas, entre otros. Tenemos herramientas, conocimientos técnicos y recursos humanos para, desde una óptica modernista y más actualizada de los principios racionalistas de uso y conservación de los paisajes naturales urbanos, afrontar esta propuesta. Una memoria técnica y presupuestaria para 5 años es viable y el Ayuntamiento debe poner todo su empeño. ¿Lo hará? En breve iremos viendo los distintos posicionamientos de los actores que pueden y tienen que opinar sobre lo expuesto.
Víctor A. Coello Cámara, en representación de “Galérida Ornitólogos, Grupo de Estudios Ambientales de La Moraña y Tierra de Arévalo