miércoles, 30 de marzo de 2011

PARDILLO COMÚN

-Carduelis cannabina-
Este simpático pardillo, pertenece al orden Passeriformes. Se trata del orden más extenso de aves, superando las 5600 especies a nivel mundial, de las que en España se han detectado unas 175, de ellas 131 en la Comunidad de Castilla y León. De éstas, aproximadamente 77 passeriformes podemos llegar a observar de manera regular en los Territorios Naturales de la Universidad de la Tierra de Arévalo. El pardillo ….ver es uno de los pájaros más extendidos a lo largo de la geografía terrestre. Aunque el nombre latino indica claramente que esta especie está ligada al Cáñamo, Cannabis, la realidad es que en Europa pocas oportunidades tiene de comer las semillas de esta planta. De acuerdo con Newton (1972), las semillas de las plantas de las familias Cruciferae, Polygonaceae, Chenopodiaceae y Compositae, son las favoritas. No puede hacerse aquí una valoración exacta de lo fundamental en la dieta, porque hay que tener en cuenta el especial biotopo de cada población de pardillos. Stellaria, Poa, Taraxacum, Rumex, Ranunculus, Sinapis, Carduus, Cirsium, Polygonum, Chenopodium, Artemisia, etc., están entre las plantas que proporcionan la mayor parte de las semillas que comen los pardillos. Unas directamente de la planta, encaramándose en ella, como sucede con los cardos, y otras en el suelo, donde van formando una capa que no es precisamente muy visible a los ojos humanos, pero sí a los de estos pájaros, que en todos los campos encuentran siempre algo que comer. Adicionalmente también comen insectos, pero sobre todo sus larvas, y con ellas alimentan en los primeros días a los pollos.
14 cm. Macho inconfundible, con la frente y pecho de color rojo, cabeza gris y dorso pardo. Las hembras y jóvenes se distinguen por su cabeza grisácea, dorso marrón moteado y pecho blanquecino manchado. Manchas blancas en alas y cola.
Es especie sedentaria nidificante con una importante invernada de aves procedentes de Europa. Hábitat de todo tipo de terrenos abiertos, con arbustos y matorrales aislados, tanto a baja altitud como en montaña. En áreas deforestadas ocupa distintas clases de cultivos (viñedos, remolacha, patatas, etc.). Evita los bosques densamente poblados. En invierno podemos disfrutar de su observación sobre todo en comarcas llanas y cerealistas comportándose de manera gregaria, formando bandos de varios cientos de ejemplares, a menudo mezclados con otras especies granívoras como gorriones, pinzones, verdecillos, lúganos, etc. En el suelo se comporta como los demás fringílidos. Salta al caminar y se agacha más aún al comer, pero también si intuye algún peligro se yergue inmóvil dispuesto al vuelo. Es más tímido y no permite el acercamiento, a no ser durante la época de la reproducción.
Nidos en taludes bajos se encuentran algunas veces, y hay parejas especializadas en anidar siempre de esta forma. El nido es construido exclusivamente por la hembra, utilizando tallos secos, musgo y hierba. El interior está forrado con pelo y lana, ésta a menudo suelta; también hay plumón y alguna pluma. La puesta normal es de cuatro-seis huevos, pocas veces siete y habitualmente cuatro o cinco. Su color es azul pálido o blanquecino con ligero tinte azulado, manchados con puntos y rayas de tono violeta rojizo, rosáceo, a menudo agrupados en el extremo más ancho. Algunos tienen manchitas moradas casi negras. Otros pueden ser solamente blancos o azules y sin marcas o éstas muy imperceptibles. Al volar, el pardillo común lanza una nota muy característica e inconfundible, que tiene quizá un sonido metálico: ¡quit-quit-quit...! Al posarse y notar peligro para su nido emite un lastimero ¡tsuiit! El canto es uno de los más ricos en notas y agradables que un pájaro nos puede deparar. Su musicalidad es tan grande que las notas aflautadas, combinadas con otras que parecen más bien interpretadas con un instrumento de cuerda, no pueden ser aquí descritas, ni siquiera en forma aproximada. Normalmente canta bien al descubierto, con preferencia sobre la rama alta de un arbusto no muy crecido o bien al final del invierno, cuando ya muchos presentan evidentes señales de celo. En vuelo canta también y lo hace sostenidamente. No tiene un gran poder de transmisión, pero en la campiña silenciosa la limpieza de sus notas suple cualquier debilidad en la propagación. El pardillo es muy apreciado como pájaro de jaula, por lo que es perseguida y capturada a menudo por los pajareros. GALÉRIDA ORNITÓLOGOS/imagenCoello