martes, 20 de julio de 2010

FAUNA DE LA UNIVERSIDAD

GORRIÓN COMÚN -Passer domesticus L.-
Familia
Passeridae (ver)
Conocido por la generalidad de personas, muy abundante y extendido prácticamente por toda la Comunidad Autónoma de Castilla y León, exceptuando zonas de alta montaña y algunas comarcas prácticamente deshabitadas; esto nos indica que tiene una larga tradición de arraigo y familiaridad con la raza humana. Es el ave reproductora más numerosa de la Península Ibérica con sus mayores poblaciones asentadas en parques y jardines urbanos, pueblos, sotos fluviales cercanos a núcleos humanizados, zonas de regadío y cultivos con casas y arbolado disperso. Existen aportaciones de estudios realizados sobre esta especie que la sitúan preferentemente entre los 800 y 1000m de altitud, llegando incluso hasta los 1600 con presencia humana, lo que convierte al gorrión en una especie perfectamente aclimatada al Territorio Natural de la Universidad de la Tierra de Arévalo, territorio situado en estos márgenes de altitud y con las condiciones asociativas expuestas con anterioridad. Castilla y León se está despoblando. Los últimos datos de población hablan de perdidas en torno a los quince mil habitantes en este último año. Existen citas que hablan de la desaparición del gorrión en pueblos deshabitados del norte de Burgos y su disminución en áreas con abandono reciente del cultivo cerealista. Estas citas, confirman la relación estrecha entre estas aves y pobladores homínidos de estos y otros territorios. En una ocasión, tuvimos la oportunidad de conocer una noticia que tenía mucho que ver con esta ave. En los periodos de hambruna, en China, llegó a considerarse al gorrión como un extraordinario competidor por el consumo del grano de las cosechas. Este hecho llegó a propiciar la matanza indiscriminada de millones de gorriones durante algunos años. Como consecuencia de esta atroz iniciativa se pudo comprobar que en la medida que disminuía la población de gorriones, aumentaban las enfermedades ocasionadas por insectos y parásitos. La relación resultó obvia. Además de consumir grano consumían ingentes cantidades de insectos que a la postre resultaron peligrosos por los riesgos sanitarios que se produjeron. Resulta obvio entender que enseguida se suspendieron las matanzas masivas de gorriones y que la relación entre los gorriones y los humanos pasaba de lo amistoso a la conveniencia de su presencia y su extraordinaria capacidad de nutrirse de esos insectos y parásitos.
El gorrión común (ver) es un paseriforme pequeño de apenas 15cm de envergadura, distinguiéndose el macho, de otros gorriones, por la parte alta de la cabeza de color gris ceniza, la garganta y pecho de color negro y el vientre gris. Las hembras, normalmente pardas, y los juveniles son muy parecidos entre sí y al gorrión moruno, diferenciándose mejor por la voz. El pico es corto, robusto y cónico. La cola es mediana y cuadrada. Las patas son cortas. Las alas son cortas y redondeadas. Presentan dicromatismo sexual (macho y hembra diferentes). Es especie sedentaria, por lo tanto presente durante todo el año. Siempre muy gregarios los gorriones y ruidosos, aunque son buenos voladores y frecuentan las ramas de árboles y arbustos, los gorriones se desplazan habitualmente por el suelo mientras buscan alimento, se higienizan, etc. Allí en vez de caminar, avanzan en típicos saltos cortos. Característica de estos pájaros son los baños de polvo mediante los cuales se desprenden de parásitos externos. Se agrupan en bandos en invierno a menudo con otras especies de gorriones para alimentarse en terrenos de cultivos. En algunas zonas forman grandes dormideros fuera de la época de la cría que pueden concentrar varios cientos de ejemplares, sintiéndose de esta manera más protegidos contra posibles depredadores ocasionalles o afines por vecindad. Como ya vimos con anterioridad habita todo tipo de medios antropógenos, estando siempre muy asociado al hombre. Sobre todo en zonas bajas y llanas de cultivo cerealista y vegas de grandes ríos. Evita bosques densos, zonas completamente deforestadas y comarcas deshabitadas.
Los nidos los colocan normalmente en agujeros aunque también pueden estar en árboles y paredes. Desde fuera pueden tener aspecto desordenado pero su interior está cubierto de plumas, pelo, hierba, etc. Y ofrece calor y protección. La puesta se compone de 3 a 6 huevos, de color grisáceo, con manchas pardo-violáceas. Tras la puesta del último comienza la incubación, tras la cual nacen los polluelos muy desvalidos y totalmente desnudos. La incubación corre por cuenta exclusiva de la hembra y dura entre once y catorce días Permanecerán unos 14 días en el nido. Pueden llegar a poner tres puestas por temporada. Su alimentación se basa en granos, y se han adaptado muy bien a utilizar los desperdicios del hombre. Los polluelos son alimentados con gusanos. Padre y madre se ocupan de alimentarlos con una frecuencia de alrededor de veinte veces por hora. Según algunos investigadores, en una semana pueden consumir hasta 9.000 mariposas, orugas y lombrices. Pueden alcanzar a vivir desde unos veinte meses hasta 12 años. (+info) (+info) (+info) (+info) (+info)
Fotografía: V. Coello / GALÉRIDA ORNITÓLOGOS