martes, 14 de agosto de 2018

Duendes del bosque

 Hay tardes en las cuales las sorpresas se acumulan y de qué manera. Mira... algo se mueve, un duende... es un corzo -Capreolus capreolus- Guauuu ...
 ... eran dos, una joven corza, preciosa y elegante, y su corcino inseparable y siempre a la zaga en todo momento. Nos quedamos inmóviles. Yllen los observaba con los prismáticos mientras yo preparaba la cámara para intentar fotografiarlos antes de que se nos despistaran entre la maleza. Unos momentos para el recuerdo que nunca olvidaremos.
 Tienen fama de ser cortos de vista pero excelentes en el olfato y oído. Creo que nos intuían y como permanecíamos inmóviles nos dieron un tiempo para poderlos observar, en silencio, pues veíamos como desplegaban sus pabellones auriculares e incluso suaves movimientos de las narinas.
 Suelen ser bastante silenciosos, tanto que nos parecía percibir la presencia de otro ejemplar. Al final nos quedamos con la duda.
 Poco a poco fueron desplazándose por la ladera entre la densa vegetación herbácea y entre encinas -Quercus rotundifolia- o pinos piñoneros o albares -Pinus pinea- de gran porte, pinos resineros o negrales -Pinus pinaster-, retamas sp, rosales silvestres -Rosa canina-, majuelos -Crataegus monogyna-, cardillos -Scolymus hispanicus- ... entre otras especies de flora arbustiva, arbórea e incluso herbácea y también, sorpresa por el hallazgo, algunos ejemplares de arce de Montpellier -Acer monspessulanum- que en su conjunto recrean, y de que manera, esta interesante vega fluvial y el sinuoso cañón excavado por el río Eresma.
 Un centenar de metros más adelante este otro ejemplar que nos llamó la atención por los ladridos que estuvo emitiendo en la parte alta de la ladera. Es un hecho la buena dispersión de este hermoso mamífero ungulado y artiodáctilo a través de las vegas de los ríos Eresma, Cega, Voltoya o Adaja, entre otros. Ríos que dan mucha vida a las extensas masas pinariegas que arropan las arenas que fueron deslizándose en las fases erosivas sobre los granitos del Sistema Central.
 Entre retamas -Retama sphaerocarpa-, majuelos -Crataegus monogyna- y cardos corredores -Eryngium campestre- entre otras especies, trataba de camuflarse ante nuestra presencia hasta que, con un bronco ladrido y varios respingones, se alejó a la vez que caía la tarde cálida, una más y especial de estos días de verano.
Anteriormente, estas flores tan sencillas como hermosas de gordolobo -verbascum oulverulentum- nos habían llamado la atención e intuitivamente comenzábamos a dejarnos llevar.
GALÉRIDA ORNITÓLOGOS ABULENSES/Imagen: V.Coello