martes, 6 de diciembre de 2016

No a las podas brutales

En numerosos municipios de este país se está extendiendo, como una plaga, este tipo de técnicas pseudo-jardineriles. Desde hace años se vienen realizando estudios que recomiendan lo contrario. Cada árbol o arbusto tiene su propia figura, su propia expresión natural que es amputada por la costumbre de cortar la guía terminal en los propios viveros y por los trabajos de poda brutal que se realizan todos los años.
La escasa cualificación técnica de las personas contratadas para esta bárbara actuación así como la nula sensibilidad ambiental de los concejales y alcaldes responsables, en los variopintos municipios, deja una profunda huella y herida en el patrimonio público de la ciudadanía. La poda única es sinónimo de pensamiento único... sin palabras.
Reclamemos que se actúe con sentido de bien común.

Víctor Andrés Coello Cámara, aficionado a la botánica y a los paisajes urbanos naturales.