domingo, 30 de noviembre de 2008

FAUNA DE LA UNIVERSIDAD

GANSO o ÁNSAR COMÚN -Anser anser-
Familia Anatidae
Un invierno más y con la llegada del frío, los ánsares o gansos comunes, regresan a sus cuarteles peninsulares de invernada. Este año, con algunos días de retraso, contamos de nuevo en la zona húmeda y catalogada de El Oso (ver enlace) con varios cientos de ejemplares, procedentes, como en el caso de las grullas, (ver) de las lejanas tierras nórdicas y bálticas.
Con un tamaño aproximado a los 80 cm. se distingue de otros gansos por su mayor tamaño, pico y patas rosas, plumaje gris uniforme y marcas claras en el dorso de las alas, muy visibles en vuelo.
Luis José Martín, experto ornitólogo de la ciudad de Arévalo y coautor de la guía de aves de La Moraña y Tierra de Arévalo, publicada y editada por ASODEMA en 1999, nos cuenta que el ganso forma grandes bandadas durante sus desplazamientos y que la subespecie noruega (A. a. Sylvestris) se alimenta en los cultivos de cereal acudiendo a las zonas húmedas sólo a beber y dormir. La subespecie báltica A. a. anser) consume los tubérculos sumergidos de la castañuela ( Scirpus sp.).
Joaquín Sanz–Zuasti, nos añade, además, que la población noruega es de menor envergadura, pico más corto y que inverna en las zonas comunitarias escogidas. La población báltica es de mayor tamaño, pico más largo y utiliza estas áreas como descanso en su viaje hacia su principal cuartel de invernada peninsular, las Marismas del Guadalquivir y el parque nacional de Doñana –ver-.
El Oso, es uno de los enclaves, a nivel regional, más importantes de invernada para esta especie. Sin embargo, Villafáfila –ver-, en Zamora y la laguna de La Nava –ver-, en Palencia, destacan por los millares de gansos que optan por esos parajes, parajes, eso si, de mayores dimensiones en cuanto a superficie y recursos tróficos.
El ánsar durante el día suele estar muy distribuido, agrupado en bandos de diferente tamaño, pastando en el lugar oportuno, regresando al anochecer hacia los dormideros, momento bastante espectacular con sus ruidosas entradas hacia la laguna. Se recomienda el atardecer e ir provistos tanto de ropa de abrigo como de prismáticos para una mejor y más agradable observación.
Así pasarán estos meses, rodeados de otras especies de anátidas también invernantes, esperando la mejoría del tiempo, allá por el mes de febrero, para comenzar de nuevo ese deambular migratorio tan impresionante como característico en estas especies de avifauna.

Este año se recomienda la observación desde el antiguo observatorio, que se encuentra en el camino de Villanueva, de igual modo, como cuando comentábamos sobre el disfrute con las poblaciones de grulla.

texto y fotografía: Galérida Ornitólogos