El pasado 3 de febrero, día de San Blas, Galérida Ornitólogos organizó una jornada de observación de cigüeñas blancas en la plaza del Arrabal de Arévalo. Desde las 11.30 h. estuvieron puestos, a disposición de todas las personas que se acercaban, tres telescopios terrestres para poder observar varios nidos de la ciudad. Desde el emplazamiento elegido se podían observar los nidos de las iglesias de San Juan Bautista, Santo Domingo de Silos y El Salvador. La actividad pretendía acercar visual y emocionalmente esta especie tan carismática, entrañable y cercana desde una óptica más próxima.
Sin duda, la jornada resultó interesante, pudiéndose constatar los gestos de asombro con los que se manifestaban los más pequeños al poder contemplar, desde tan cerca, estos ejemplares de cigüeña blanca (Ciconia ciconia).
Cabe resaltar la colaboración del Ayuntamiento al proporcionarnos las vallas de seguridad.
Además, se repartió un díptico, cuya leyenda resaltaba varios aspectos fundamentales de la especie, así como noticias y datos relativos a su estudio y observación local.
El refranero popular viene a constatar el hecho de que por estas fechas es cuando las parejas se reúnen para iniciar de nuevo el ciclo de la reproducción. Estudios afirman que la cigüeña blanca forma pareja estable durante su existencia, si bien suelen separarse cuando en el mes de septiembre regresan a sus cuarteles de invierno situados algunos en la propia península ibérica, con temperaturas más benignas, y sobre todo por seguir teniendo acceso a una alimentación regular. Durante el otoño, época en la cual suelen emigrar, de 2007, se observó sin embargo, que prácticamente toda la población de cigüeña permaneció en el territorio de la Universidad de la Tierra de Arévalo, como consecuencia de la presencia abundante de poblaciones de topillo (Microtus arvalis). Estos topillos fueron una importante fuente de alimentación para la cigüeña, hecho que merece y debe resaltarse, pues nos indica que esta especie colabora en el equilibrio y en la biodiversidad del territorio. Cabe destacar que la mayor parte de la población de cigüeña suele trasladarse, como flujo migratorio de excelente visión, hacia las sabanas africanas, a través del Estrecho de Gibraltar, lugar desde donde se pueden apreciar los pasos de miles y miles de estas especies y otras que también eligen el continente africano en su largo camino migratorio.
A finales de noviembre y durante todo el mes de diciembre suelen aparecer numerosos individuos que poco a poco van colonizando los nidos que ya utilizaran el año anterior y es en esta época, como indicabamos al inicio de este artículo, cuando de nuevo rehacen la pareja, manifestación que podemos contemplar a través de esas señales tan plásticas, audibles y características, como son los crotoreos.