viernes, 17 de junio de 2016

Los orígenes del agua que dieron vida y valor al acueducto de Segovia

En el marco de las I Jornadas de Naturaleza y Medio Ambiente, organizadas por la Asociación de Cultura y Patrimonio "La Alhóndiga" de Arévalo, el Grupo de Estudio Ambientales "Galérida Ornitólogos" de La Moraña y Tierra de Arévalo junto a otros colectivos, se encontraba esta salida de campo a los orígenes del agua que daba y da vida a Segovia y propició la construcción del gran Acueducto de Segovia. Este es uno de los relatos posibles.... 
 La captación de aguas que posteriormente se trasladaba hasta el núcleo de la ciudad de Segovia a través del enorme y reconocido acueducto era uno de los objetivos de esta salida de campo.
 Habíamos partido desde el embalse de Puente Alta para ir ascendiendo poco a poco y en algunos tramos en paralelo con el arroyo Frío o de La Acebeda.
 En las primeras horas nos fue acompañando una temperatura agradable y sobre paisaje no caben más palabras según se puede comprobar por las imágenes que se muestran. Llegábamos hasta uno de los puntos de destino: el azud de captación.
 Observamos el decantador de arenas...
 ... para eliminar las primeras impurezas y compuestos pesados del propio agua.
 Otro aspecto que llamaba la atención era la disposición de las piedras de granito, 26, que conforman la estructura básica del azud.
 Estas grapas o llantones de hierro se acompañaban con cuñas de plomo para asegurar su cometido.
 El recorrido se encuentra señalizado con estas características balizas metálicas.
 La toma o azud se encuentra a 1.255 m. de altitud y relativamente cerca de la ciudad de Segovia: 25 km. y al sur del cerro conocido como Cabeza Grande.
 Encontrábamos plantas que por estos territorios morañegos no llegan como es el caso del helecho común -Asplenium adiantum-nigrum L.-gustoso de zonas húmedas y umbrosas.
 Y otras que si podemos encontrarnos por aquí como el majuelo o espino albar -Crataegus monogyna Jacq- y menos exigente en cuantos a condiciones ambientales como la exposición, latitud o altitud, entre otros aspectos culturales.
 Ya en la población de Revenga hicimos almuerzo con breve tertulia con el perfil de la Mujer Muerta al fondo que permitía aventurar otros conceptos alrededor del viaje que nos estaba ocupando.
 Íbamos a la ciudad de Segovia y entre otros objetivos quería encontrar algunos de los ejemplares de chova piquirroja que forman la colonia allí existente.
 La chova piquirroja -Pyrrhocorax pyrrhocorax- mantiene una población interesante y en plena expansión como pudimos comprobar, en este caso en los alrededores del propio acueducto en sus primeros metros.
 Este ejemplar juvenil de chova nos miraba...
 ... y a continuación reclamaba a su progenitor quizás por el calor que ya se hacía sentir y el hambre.
 Los adultos estaban constantemente alertas sobre los vuelos de sus polluelos...
 ... inquietos por otra parte al sentirse con ganas de ir explorando nuevas piedras.
 Finalmente se reunían generando buenas algarabías sonoras que llamaban la atención y facilitaban detectar su presencia.
 Los adultos siempre vigilantes...
 ... y más relajados dejaban que continuáramos descubriendo alguno de los rincones más interesantes del acueducto segoviano.
 En la plaza Díaz Sanz disfrutamos del cambio de rumbo, de casi 90 grados, que forma esta fabulosa infraestructura antes de precipitarse hacia la plaza del Azoguejo...
 ... en este punto se inicia la doble arcada tal y como se puede apreciar en la imagen...
 ... dejando atrás el tramo inicial que progresivamente va ganando altura a lo largo de la calle Almira.
 Abajo, sobre la plaza Artillería, las grajillas -Corvus monedula- sorteaban hasta el tráfico de coches.
 La última etapa del camino era la zona de La Fuencisla desde la cual se puede tener acceso a interesantes entretenimientos, incluso visuales, como la imponente vista del Alcázar de Segovia.
 Nos acercamos hasta la iglesia de la Vera Cruz cuyo estilo arquitectónico se corresponde al empleado en el periodo de transición del románico al gótico...
 ... con planta dodecagonal y rodeada de numerosos misterios que aproximan a los caballeros Templarios a estas latitudes mesetarias.
 En la actualidad son los Caballeros de la Soberana Orden Militar y Hospitalaria de San Juan de Jerusalén, titulada de Rodas y titulada de Malta los encargados de su gestión religiosa.
 Antes de finalizar la jornada recorrimos parte del camino conocido como cuesta de los Hoyos tras superar la confluencia de los ríos Eresma y Clamores.
 Una familia de petirrojos europeos -Erithacus rubecula- hacía las delicias de los paseantes, sobre todo los juveniles siempre más inquietos, y nos permitía recordar el Paseo Fluvial del río Arevalillo y el taller didáctico que realizamos para aprender a diferenciar los distintos árboles presentes, entre otros aspectos, por la forma y color de sus hojas. Los chopos -Populus nigra- acompañaban el sendero y de nuevo, al salir de la foresta, la imagen de esta fortaleza emblemática de Segovia quedaba en la retina como colofón de una salida de campo en la cual disfrutamos y aprendimos mucho.
GALÉRIDA ORNITÓLOGOS/imagen: V.Coello
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