La llegada de la primavera recrea una nueva explosión de vida. Son muchas las especies que aprovechan esta estación para reproducirse y los depredadores se dejan llevar por su intuición. El hábito noctámbulo de los roedores nos les defiende totalmente, muy a su pesar, de aquellas especies que están especializadas para cazar durante la noche. El búho chico es una de ellas y vive de las ocasiones que, al ocultarse el sol, afloran por el Territorio Natural de esta rica y diversa Universidad de la Tierra de Arévalo.
El Búho chico (ver), perteneciente al género Asio (ver), es la rapaz nocturna más genuina y típica presente en casi todos los pinares isla del Territorio. Es el más representativo de los búhos peninsulares que permanece de manera estable a lo largo de todo el año, por lo tanto es especie sedentaria, nidificante y además abundante.
El Búho chico (ver), perteneciente al género Asio (ver), es la rapaz nocturna más genuina y típica presente en casi todos los pinares isla del Territorio. Es el más representativo de los búhos peninsulares que permanece de manera estable a lo largo de todo el año, por lo tanto es especie sedentaria, nidificante y además abundante.
Preciosa estampa esbelta de la rapaz, (escuchar sonidos)
36 cm. Plumaje pardo-rojizo con rayado oscuro, unas características y largas orejas en la cabeza y ojos anaranjados, siendo ambos sexos similares (ver más información). Cuando está posado adopta una postura erguida y puede llegar a parecer muy delgado. Se puede confundir en vuelo con otras especies nocturnas de tamaño mediano, sobre todo con Cárabo común y Lechuza o Búho campestre.
Ocupa zonas arboladas próximas a espacios abiertos, como encinares y pinares entre cultivos de cereal. El búho chico puede sufrir acusados cambios poblacionales en función de la abundancia de presas, habiéndose observado incrementos importantes en la densidad del número de ejemplares coincidiendo, como respuesta, con las plagas de topillos. Por lo tanto conviene proteger sus hábitats como apoyo a la permanencia de esta especie tan singular y beneficiosa en todo momento para perpetuar un equilibrio biológico natural y necesario a la vez.
Ocupa zonas arboladas próximas a espacios abiertos, como encinares y pinares entre cultivos de cereal. El búho chico puede sufrir acusados cambios poblacionales en función de la abundancia de presas, habiéndose observado incrementos importantes en la densidad del número de ejemplares coincidiendo, como respuesta, con las plagas de topillos. Por lo tanto conviene proteger sus hábitats como apoyo a la permanencia de esta especie tan singular y beneficiosa en todo momento para perpetuar un equilibrio biológico natural y necesario a la vez.
Búho chico mimetizado entre el ramaje de pinus pinaster (ver)
En invierno se suman a las aves residentes, ejemplares procedentes de latitudes más norteñas, estando en esa época mucho más extendida. A partir de los meses de septiembre-octubre y hasta febrero se agrupa en pequeños bandos formando dormideros comunales.
Se alimenta a base de pequeños mamíferos como ratones de campo, topillos campesinos y jóvenes ratas, además de aves de bosque como fringílidos y gorriones. Cría sobre árboles, en viejas plataformas de otras rapaces, generalmente diurnas o de córvidos, ya abandonadas. En años de abundantes presas puede llegar a realizar hasta dos puestas. Al volar suele emitir un ruido muy característico y que con la noche resulta amplificado: el golpeteo que se produce con sus alas, entre sí, al batirlas.
Galérida OrnitólogosSe alimenta a base de pequeños mamíferos como ratones de campo, topillos campesinos y jóvenes ratas, además de aves de bosque como fringílidos y gorriones. Cría sobre árboles, en viejas plataformas de otras rapaces, generalmente diurnas o de córvidos, ya abandonadas. En años de abundantes presas puede llegar a realizar hasta dos puestas. Al volar suele emitir un ruido muy característico y que con la noche resulta amplificado: el golpeteo que se produce con sus alas, entre sí, al batirlas.
Fotografías de David García