Hasta hace poco, la barrera principal para la captación de la energía solar era la poca eficiencia —y el relativamente alto costo— de convertirla en una forma utilizable. Pero los avances científicos están debilitando rápidamente esta barrera. Las tecnologías fotovoltaicas, que usan reacciones químicas para convertir la luz del sol en electricidad avanzan rápidamente, al igual que las baterías usadas para almacenar electricidad hasta que se la necesite. A medida que los costos de conversión y almacenamiento disminuyen, el potencial de la tecnología solar para ayudar a las comunidades pobres inevitablemente aumentará.
La energía solar es una solución casi perfecta para las necesidades energéticas de los países en desarrollo
Los obstáculos técnicos para una energía solar eficiente se reducen a tiempo que la economía y la política aún impiden su adopción generalizada entre los pobres.
“El sol ocupa el centro del escenario, como debe ser, pues es literalmente la fuente originaria de toda la energía”, dijo el primer ministro de la India, Manmohan Singh, al describir el plan de acción de la estrategia nacional de su país en torno al cambio climático, en junio de 2008.
Prometió que juntaría “los talentos científicos, técnicos y de gestión con las fuentes financieras para desarrollar la energía solar como fuente abundante de energía y de poder para nuestra economía, transformando las vidas de nuestro pueblo y cambiando el rostro de la India”.
En principio, la energía solar es una solución casi perfecta para las necesidades energéticas de los países en desarrollo. Es universal y de acceso gratuito, particularmente cerca de la línea ecuatorial, donde se encuentran muchos de estos países.
La energía solar es el último recurso de energía renovable, al menos en el calendario de la existencia humana. Su uso no agota las reservas, ni emite mucho dióxido de carbono a la atmósfera, convirtiéndola en la respuesta ideal al desafío del cambio climático. Fotografía: V. Coello (+info)