miércoles, 19 de enero de 2011

GORRIÓN MOLINERO / Fauna de la Universidad

PASSER MONTANUS
Familia Passeridae (ver)
Este simpático gorrión, pertenece al orden Passeriformes. Se trata del orden más extenso de aves, superando las 5600 especies a nivel mundial, de las que en España se han detectado unas 175, de ellas 131 en la Comunidad de Castilla y León. De éstas, aproximadamente 77 passeriformes podemos llegar a observar de manera regular en los Territorios Naturales de la Universidad de la Tierra de Arévalo. El gorrión es el ave más extendida a lo largo de la geografía terrestre y su nombre originario en latín "passer" es el precursor del término castellano "pájaro" con la que denominamos a las aves de pequeño tamaño.
El gorrión molinero (ver) es especie sedentaria muy abundante y ampliamente distribuida por los Términos Municipales próximos. El gorrión molinero es la versión campestre del conocido gorrión común, tan frecuente en todas las poblaciones españolas. Este pájaro ha ido acompañando al hombre a lo largo de la historia, colonizando y poblando cada nueva ciudad, dejando atrás la dura vida en el medio natural. Las mayores densidades reproductoras se producen en sotos y las invernales en cultivos suburbanos y afueras de los pueblos. Las poblaciones pueden ser fluctuantes según el tipo de aprovechamiento agrícola del suelo. El aumento poblacional se encuentra bien documentado, según los recursos didácticos de la Junta de Castilla y León, en el área de distribución de la provincia de Ávila. Existen indicios de movimientos irregulares no bien conocidos así como una marcada dispersión juvenil en las estaciones de otoño y primavera. También se ha comprobado la invernada, en la Península, de algunas aves procedentes del continente Europeo.
14cm. Se distingue de otros gorriones por tener mejillas blancas con pequeña mancha negra, parte superior de la cabeza de color pardo-rojiza, casi color chocolate, así como el vientre gris, la nuca blanca y un babero negro más pequeño. Los sexos son similares, por lo tanto no presentan dimorfismo sexual. Puede distinguirse del gorrión común por su ligero menor tamaño y la combinación del píleo tal y como ya se comentaba con anterioridad. Las crías se parecen a los adultos pero con tonos grisáceos: parte superior de la cabeza parda, collar y mejillas blancas sucias con manchas gris oscuras en el babero y en el centro de las mejillas; pecho y vientre blanco, dorso gris, cola y alas con manchas pardas claras y oscuras. Suele vivir entre diez y doce años, citándose ocasionalmente edades mayores.
Su hábitat es típicamente rural: terrenos abiertos, llanos, arbolados y preferentemente cultivados, evitando las zonas montañosas, ciudades y formaciones densas de bosque o matorral. Es de fácil observación, sobre todo, en grandes vegas fluviales cerealistas o de regadío. Menos antropófilo que el gorrión común, evita el centro de los núcleos urbanos, aunque suele criar en edificios periféricos y construcciones humanas aisladas. Acepta bien y es curioso, los nidales artificiales. Este gorrión trina como el común, pero su voz es más estridente y sus notas son características: «chip, chip» y «tec, tec». El trino es simple y suele emitirlo desde un posadero en un árbol, arbusto, etc. cantando a veces en coro. La parada nupcial del macho se compone de inclinaciones, extendiendo las alas y elevando las plumas de la coronilla.

Ambos sexos construyen un nido de hierbas secas, paja y diverso material, forrado con plumas, usualmente en agujeros, pero techado cuando está al aire; a veces usa cajas anideras; la puesta, normalmente, de abril a julio, de 3 a 5 huevos, blancos, a menudo con fuertes pintas pardas o castaño rojizas; la incubación por los dos padres, alrededor de 11 días; los pollos, alimentados por la pareja, dejan el nido sobre los 13 días; dos crías, algunas veces tres.
Tras la época de cría, se forman bandos integrados por jóvenes y adultos, que abandonan los lugares de nidificación; estos bandos erráticos vagabundean por rastrojos y barbechos, en los que se unen a otros gorriones, fringílidos y escribanos. Posteriormente, los adultos suelen retornar a sus sitios habituales, mientras que los jóvenes, en bandos conjuntos, realizan movimientos más o menos dispersos. En primavera vuelven a establecerse en sus agujeros de cría, pudiendo las aves nacidas el año anterior criar en sitios no muy lejanos. En invierno se agrupa en bandos, a menudo con otros gorriones o con otras especies, por ejemplo con el triguero, tal y como se puede observar en la última imagen, alimentándose en rastrojos, cultivos y baldíos cercanos a los núcleos urbanos rurales, principalmente de semillas de herbáceas, algún grano; también insectos y larvas. GALÉRIDA ORNITÓLGOS / fotografía: V. Coello