La labor de policía administrativa en el seno de las Confederaciones Hidrográficas es fundamental para llevar a cabo las funciones que les han sido encomendadas. Sin un control efectivo, una tutela permanente y vigilancia organizada es completamente impensable la práctica de una política de aguas eficaz. La Guardería Fluvial es la principal encargada de desarrollar estas funciones.
La actual Guardería Fluvial de la Confederación Hidrográfica del Duero se creó en 1961, dependiendo de la Comisaría de Aguas. A efectos de conseguir la máxima eficacia en sus actuaciones, el territorio de la cuenca del Duero se dividió en varias Demarcaciones y éstas a su vez en otras unidades territoriales más pequeñas denominadas Distritos. El progresivo incremento de la funciones de vigilancia e inspección del Dominio Público Hidráulico como consecuencia de diversas modificaciones en la normativa de aguas, la necesidad de conseguir divisiones territoriales dimensionadas más racionalmente, más equilibradas y la búsqueda de una mejor coordinación con la organización territorial de los servicios de otras Administraciones que colaboran con la Guardería Fluvial puso de manifiesto la necesidad de modificar la división territorial inicial.
Aunque se ha ido incrementando el número de efectivos destinados a los servicios de Guardería Fluvial, aún puede considerarse insuficiente dada la gran extensión del territorio y las numerosas tareas que deben desarrollar. A la entrada en vigor de la Ley de Aguas en 1986, la plantilla era de 40 personas (32 Guardas Fluviales y 8 Guardas Mayores), y en la actualidad es de 61 personas (11 realizando funciones de Guarda Mayor, y 50 de Guarda Fluvial), de las que 33 pertenecen a la Escala de Agentes Medioambientales y 28 son Técnicos Superiores de Actividades Técnicas y Profesionales. A la experiencia de los más antiguos se une la formación cada vez más completa de los más recientes, integrando un colectivo que, con gran profesionalidad, realiza una tarea no siempre agradable y casi siempre en condiciones duras.
Paralelamente se han ido produciendo también mejoras sustanciales en los medios materiales disponibles para este servicio, incorporando progresivamente las nuevas tecnologías. Disponen de oficina en todas las zonas, y cada guarda cuenta con vehículo todo terreno, cámara digital, GPS y ordenador portátil, ropa y calzado específicos de protección frente al agua y bajas temperaturas, etc.
Las funciones de vigilancia del dominio público hidráulico que desarrolla este personal consisten básicamente en: Inspección del cumplimiento de las condiciones de las concesiones y las autorizaciones otorgadas, así como de las obras afectas a las mismas. Denuncia de infracciones a la normativa de aguas, principalmente obras y actuaciones en los cauces y sus zonas de policía sin autorización, aprovechamientos de agua no autorizados, vertidos, o acumulaciones de materiales susceptibles de contaminar las aguas o de deteriorar el entorno de los cauces. Vigilancia de los cauces en situaciones de emergencia como avenidas, sequías, mortandades piscícolas, etc. Apoyo a los técnicos en la tramitación de expedientes por medio de visitas de campo. Obtención de información sobre cauces que precisan de actuaciones en el marco del programa de conservación y mantenimiento de cauces. Información y asesoramiento a los ciudadanos. En este marco de control y vigilancia resulta de especial mención la colaboración institucional existente entre el Ministerio de Medio Ambiente y el Ministerio del Interior, a través del Servicio de Protección a la Naturaleza de la Guardia Civil (SEPRONA). El convenio firmado en octubre de 1997, así como el más reciente firmado a finales del año 2009, han impulsado la actuación de esta “policía ambiental” ante los nuevos riesgos e inquietudes de la sociedad, contribuyendo a reforzar los necesarios mecanismos de vigilancia ambiental.
Otro factor que está ayudando a mejorar la labor de vigilancia es el cambio de mentalidad por parte de los usuarios que colaboran con la Administración mediante avisos, comunicaciones, denuncias, etc… Esta situación supone una mayor implicación y colaboración de los ciudadanos con la Guardería Fluvial, al entenderse ésta no ya como un elemento restrictivo de derechos y usos del Dominio Público Hidráulico sino justamente como el garante de esos derechos. La labor de asesoramiento por parte de la Guardería Fluvial a los usuarios está siendo un factor clave para generar esta situación de confianza. +info