-Polistes dominulus-. Familia Vespidae -ver-
En su región natal, P. dominulus (ver) es la avispa de papel más abundante en los países alrededor del mediterraneo. Se la puede encontrar en el sur de Europa, el norte de África, Medio Oriente y hacia el este entrando a China. P. dominulus es frecuentemente confundida con las avispas pintas amarillas (yellowjackets.) Siendo más pequeñas que las avispas de papel nativas norteñas, la dominulus avispa de papel es amarilla y negra, patrones parecidos (en especial en el abdomen) de las pintas amarillas en el género Véspula.
En su región natal, P. dominulus (ver) es la avispa de papel más abundante en los países alrededor del mediterraneo. Se la puede encontrar en el sur de Europa, el norte de África, Medio Oriente y hacia el este entrando a China. P. dominulus es frecuentemente confundida con las avispas pintas amarillas (yellowjackets.) Siendo más pequeñas que las avispas de papel nativas norteñas, la dominulus avispa de papel es amarilla y negra, patrones parecidos (en especial en el abdomen) de las pintas amarillas en el género Véspula.
Como todas las avispas de papel, la cintura es bien delgada. Durante su vuelo, el par de patas traseras se mantienen extendidas hacia atrás. El nido tiene la forma característica de una sombrilla boca abajo y las celdas abiertas pueden verse desde abajo. La larva de color cremoso, no tiene patas y permanecen en sus celdas hasta que emergen como avispas adultas.
Las reinas fertilizadas durante el año anterior comienzan nuevas colonias de P.dominulos cada primavera. Estas reinas pasan el invierno en áreas protegidas tales como cortezas de árboles muertos, en huecos de árboles, dentro de los huecos en las paredes de las casas, dentro de los entablados en los costados de las casas y ocasionalmente dentro de las celdas de los nidos de las avispas de papel. A pesar de que cada año se construyen nuevos nidos, la reina en ocasiones utiliza un nido del año anterior, estableciendo así sus colonias más temprano en la temporada que nuestras especies nativas.
La reina deposita pequeños huevos alargados (uno por cada celda) que se encuban en varios días. Ella alimentará sus larvas jóvenes con orugas masticadas y otros insectos. Por contraste, nuestra especie nativa Polistes se alimenta sólo de orugas. Después que la primera cría de larvas maduran y emergen como hembras obreras, la reina limitará su actividad solamente a poner huevos para incrementar el número de obreras. Estas asumen los deberes de recolección de alimento, de la construcción del nido y de la defensa de la colonia. Con temperaturas óptimas y una fuente abundante de alimento, las larvas completan su desarrollo y llegan a ser avispas adultas en tan solo 40 días.
Los nidos se construyen en lugares protegidos tales como debajo y dentro de los aleros de estructuras, en los áticos y huecos en las paredes, y en muchas otras áreas cerradas. Parte de las ubicaciones más notables donde se han encontrado nidos incluyen instalaciones fijas de iluminación de exteriores, contadores de estacionamientos, los cráneos de animales, cajas de pájaros y en equipos no usados con mucha frecuencia como parrillas de gas, casas rodantes, botes y los autos.
Las especulaciones para la rápida expansión de la avispa de papel dominulus incluyen: El establecimiento más temprano, por temporada, de colonias que permiten a P. dominulus desarrollar obreras antes que nuestra especie nativa, lo cual beneficia las actividades de forraje y expansión de la colonia; (Nota: Este comportamiento las puede exponer a temperaturas de congelamiento, tarde en la temporada, de la cual quizás no sobrevivan.) Evitan las aves predadoras nativas al establecer temprano los nidos. Establecimiento temprano proporciona al nido con más obreras para proteger las larvas; El uso de numerosos sitios encerrados para los nidos, proporcionando así protección contra predadores; Una dieta más variada (muchos géneros diferentes de insectos en varias órdenes) beneficia al desarrollo temprano y rápido de la larva. Las avispas de papel dominulus están muy atentas a amenazas potenciales a sus nidos. Estas pueden detectar el movimiento de 12 a 20 pies del nido pero, afortunadamente, típicamente, no atacan a menos que alguna persona esté muy cercana (a pulgadas de distancia.) Sin embargo, ya que estas prefieren esconder sus nidos dentro de huecos y otras áreas encerradas, esta conducta aumenta el riesgo para encuentros desagradables. GALÉRIDA ORNITÓLOGOS/fotoV.Coello