-Vulpes vulpes-
Familia Canidae
El Zorro rojo o común (ver) es un cánido pequeño y esbelto, posee el manto anaranjado, el vientre blanquecino, una hermosa cola ancha, terminando la punta de color blanca; su hocico es fino y largo y sus orejas grandes y puntiagudas. Es un animal muy discreto, astuto y prudente, dotado de vista, olfato, y oído muy agudo. El zorro rojo es el mamífero carnívoro más conocido por el hombre y el más perseguido por los cazadores, quienes lo ven como un competidor. Tal vez por eso el Zorro sea una víctima frecuente de los lazos, el veneno y las escopetas.
El Zorro puede adaptarse a cualquier tipo de hábitats, estando presente en toda la península y en todo el territorio de la Universidad de la Tierra de Arévalo. Generalmente frecuenta ríos, bosques y descampados, e incluso áreas peri urbanas en dónde no es difícil observar alguno de sus rastros. Uno de los signos distintivos del raposo son sus marcas olfativas y no es complicado precisar aquellos puntos en los que el animal marcó con orina o con sus glándulas anales.
Su alimentación es muy amplia, desde carroña, desechos humanos, conejos, huevos, micro mamíferos, hasta insectos y frutos. También pude depredar sobre crías de Corzo y Jabalí.
Es de costumbres crepusculares y nocturnas, puede ser monógamo y polígamo, pudiendo crear pequeños grupos familiares compuestos por un macho y tres o cuatro hembras. Es un animal muy discreto, pasa el día oculto entre los matorrales o en las madrigueras, excavadas en parajes escondidos e incluso agrandan las viejas madrigueras de Conejos, u ocupan las tejoneras en desuso.
El celo comienza a primeros de Diciembre pudiendo llegar hasta el mes de Febrero. En dicho ciclo se pueden observar a cualquier hora del día, oír sus ladridos de celo (aullido corto y en escala), con comportamientos extraños hacia el ser humano al cual puede arrimarse a escasos metros. Pero sin duda, en ésta época cobra protagonismo sobre todo para los naturalistas, que escuchan sus ladridos de celo como uno más de los espectáculos que nos brinda la naturaleza.
El Zorro puede adaptarse a cualquier tipo de hábitats, estando presente en toda la península y en todo el territorio de la Universidad de la Tierra de Arévalo. Generalmente frecuenta ríos, bosques y descampados, e incluso áreas peri urbanas en dónde no es difícil observar alguno de sus rastros. Uno de los signos distintivos del raposo son sus marcas olfativas y no es complicado precisar aquellos puntos en los que el animal marcó con orina o con sus glándulas anales.
Su alimentación es muy amplia, desde carroña, desechos humanos, conejos, huevos, micro mamíferos, hasta insectos y frutos. También pude depredar sobre crías de Corzo y Jabalí.
Es de costumbres crepusculares y nocturnas, puede ser monógamo y polígamo, pudiendo crear pequeños grupos familiares compuestos por un macho y tres o cuatro hembras. Es un animal muy discreto, pasa el día oculto entre los matorrales o en las madrigueras, excavadas en parajes escondidos e incluso agrandan las viejas madrigueras de Conejos, u ocupan las tejoneras en desuso.
El celo comienza a primeros de Diciembre pudiendo llegar hasta el mes de Febrero. En dicho ciclo se pueden observar a cualquier hora del día, oír sus ladridos de celo (aullido corto y en escala), con comportamientos extraños hacia el ser humano al cual puede arrimarse a escasos metros. Pero sin duda, en ésta época cobra protagonismo sobre todo para los naturalistas, que escuchan sus ladridos de celo como uno más de los espectáculos que nos brinda la naturaleza.
Se acompaña este interesante enlace de sonidos de Zorros:
Texto y fotografía: David García