domingo, 4 de abril de 2010

FLORA DE LA UNIVERSIDAD

Con la denominación de prunus (ver), se designa a todos los frutales de hueso. Prunus, nombre latino del ciruelo silvestre. Cerasifera, de Cerasus, cerezo y fer=tener que tiene o produce cerezas, aludiendo a sus pequeñas ciruelas.

Este arbusto o arbolillo, de entre 6 y 10 m de altura, se encuentra en plena floración de primavera, siendo uno de los primeros árboles europeos en florecer. Hojas púrpuras caducifolias, bordes aserrados y ápices agudos. Flores coloreadas de rosa más o menos fuerte con cinco pétalos. Más adelante podremos apreciar sus frutos, ciruelillas de color rojo-vinoso oscuro de entre 2 y 3 cm de diámetro, si bien carecen de la extraordinaria calidad gastronómica de sus homónimas claudias –prunus domestica- (ver). La fruta puede comerse fresca en varias formas, siendo dulces y con buen sabor, mientras otras son ácidas, pero excelentes para mermeladas. Se multiplica por semilla y por esqueje; y las variedades por injerto. Vive en muchos climas: cálidos y fríos. Vegeta bien en suelos calizos y pobres, pero que tenga la humedad suficiente.

Esta especie procede de Crimea, Asia occidental y de la Península Balcánica. Planta exótica de la que se cultiva cada vez con más frecuencia en nuestros parques y jardines la variedad pissardii (Carriére) L.H. Bailey. Esta variedad es una raza de cultivo que está dedicada a Pissard, jardinero del Shah de Persia que la introdujo en Francia. El ciruelo silvestre o cerasifera es uno de los 38 remedios del sistema conocido como Flores de Bach. Para la elaboración el remedio vibracional creado por el médico inglés Edward Bach, son utilizadas las flores de este bello árbol. La esencia es muy útil en casos de miedo a perder el control o cuando ya se han sobrepasado los límites y hemos perdido el control de nosotros mismos, aporta calma y serenidad.

Galérida Ornitólogos / Fotografía: V. Coello