domingo, 28 de noviembre de 2010

MICORRIZACIÓN DEL NÍSCALO -Lactarius deliciosus-

Una de nuestras más conocidas setas es el níscalo, Lactarius deliciosus. Se trata de un hongo anaranjado, con un sombrerete carnoso de diámetros entre 4 y 12 cm. El Lactarius deliciosus es una micorriza, esto quiere decir que para sobrevivir necesita de un árbol en cuyas raíces se hospeda, tomando sustancias elaboradas por éste a la par que ayuda a su vigor. En este caso, el pino se ve beneficiado por vivir en simbiosis con el níscalo de diversas maneras. Debido a la relación hormonal entre el hongo y la planta, las raíces encargadas de absorber los nutrientes permanecen mayor tiempo activas. El hongo, a cambio recibe hidratos de carbono y vitaminas de la planta para poder subsistir.
Podemos nosotros mismos cultivar níscalos en nuestro jardín? sí, utilizando semillas de níscalo.
Las semillas del níscalo son el resultado de varios años de investigación sobre hongos y sus relaciones simbióticas –las micorrizas- con distintos árboles productores. Se basan en los datos aportados por múltiples recolectores de setas y en las experiencias llevadas a cabo tanto en laboratorios de experimentación como en plantaciones particulares.
Para que produzcan níscalos, las semillas deben plantarse alrededor de cualquier tipo de pino o arbustos siguientes: Pinus pinea –piñonero-, Pinus halepensis, Pinus sylvestris, enebro, madroño, brezo, boj. En caso de realizar una nueva plantación con cualquiera de estas especies, puede incorporarse las semillas conjuntamente.
El níscalo fructifica en cualquier tipo de suelo, calizo, silíceo o arenoso. No tolera terrenos anegados ni que queden encharcados y agradece aquellos ricos en materia orgánica vegetal –Humus-. Las semillas del níscalo conservan todas sus propiedades perfectamente en condiciones ambientales normales.
Aplicación a árboles y arbustos jóvenes en el momento de la plantación:
Después de puesta la planta en el hoyo, como la tierra queda blanda, las semillas se pueden enterrar con la mano a 10 cm del tallo, formando una circuferencia y enterrándolas a 3 o 4 cm de profundidad, mejor si quedan tocando a las raíces.
Aplicación a árboles establecidos
Dibuje en el suelo y alrededor del pino escogido, una línea que siga el margen de su copa, marque otra línea paralela, unos 30 cm hacia fuera, o sea alrededor de la zona de goteo. Esta es aquella dónde cae el agua, como si se tratara de un paraguas. Las raíces se extienden por el suelo igual que las ramas por el aire en el extremo de las raíces mayores, se sitúan las raicillas que semejan unos pelos, llamadas zona pilífera. Por estas raicillas es por dónde se incorpora el micelio que contiene las semillas del níscalo a la savia del árbol, por consiguiente como más cercanas situemos las semillas a la zona pilífera más posibilidades tenemos que el árbol se inocule antes y produzca setas más rápidamente.
Pinos jóvenes: Haga un surco alrededor del árbol, siguiendo la zona de goteo de unos 20 a 30 cm de profundidad, retire la tierra, distribuya las semillas homogéneamente alrededor, vuelva a taparlo y ya está.
Pinos adultos: Siguiendo la zona de goteo, haga alrededor del árbol de 8 a 10 agujeros de 30x30 cm aproximadamente empleando un plantador, a una profundidad de 20 a 30 cm, no más, distribuya las semillas proporcionalmente. Vuelva a taparlos y ya está.
Riego: En todos los casos, riegue los primeros días evitando encharcar el agua, después mantenga sólo húmedo el terreno. Para facilitar la producción se recomienda regar los pinos en julio y agosto de una forma suave, evitando que queden encharcados, lo mejor es regar por aspersión.
Césped: En caso de haber césped, este puede retirarse, cortándolo en forma de cepellón, reponiéndolo después de finalizada la siembra.
Cuidados: No labrar ni pisar la zona sembrada. Para eliminar las malas hierbas es preferible arrancarlas a mano. No emplear nunca fungicidas. No emplear estiércol de ninguna clase. Usar materia orgánica húmica de procedencia vegetal, totalmente fermentada, como el Humus líquido y el Humus sólido.
Recolección: La recolección se inicia al año en pinos jóvenes, que son los más productivos. En pinos mayores se inicia a los 2 años.
Para recogerlas utilizar siempre un cuchillo cortando las setas por el tronco, para no dañar la parte subterránea, así lograremos mantener vivos los micelios para los años venideros
Producción: Si todo ha ido correctamente la media de producción anual, se sitúa entre 600 y 1200 grs. por árbol y año, que se prolongará a lo largo de la vida del árbol mientras las condiciones ambientales se mantengan.
PROCESO para la MICRORRIZACIÓN.
Preparación de semillas: Las semillas deberán estar al menos 12 horas en remojo, separando las que floten ya que serán éstas las que no sean válidas. Lavaremos las semillas con agua y jabón, agitándolas en un recipiente durante unos 20 minutos aproximadamente. Después de este proceso las semillas quedarán limpias pero no desinfectadas. Después aclararemos las semillas con agua corriente. Para la desinfección lavaremos de nuevo unos 15 minutos las semillas con agua oxigenada, dejándolas de esta manera desinfectadas para así nosotros infectarlas con el hongo que queramos. Por último las lavaremos con agua destilada (foto 1). Todos estos pasos se realizan para eliminar la cubierta dura de frutos o semillas así como los inhibidores de germinación y estelarizar las semillas, acelerando de esta manera la germinación.
Una vez realizadas estas labores se procede a la siembra de las semillas de Pino resinero (Pinus pinaster) en pequeños contenedores o bandejas forestales para que germinen (foto 2). Cuando los plantones hayan germinado y alcanzado la edad de un mes, las plantas pueden ser inocuadas.
OBTENCIÓN de INÓCULO ESPORAL y VEGETATIVO.
Realizaremos el inóculo esporal por ser el sistema más barato y sencillo de obtener.
Técnicas para la síntesis de microrrizas:
La elaboración de este proceso la haremos a partir de los carpóforos (secos o frescos). Se elige una especie fúngica y otra vegetal, en este caso el Níscalo (Lactarius deliciosus) y Pino resinero (Pinus pinaster). Se extraen los himenios con ayuda de una cuchilla depositándolos en un recipiente y se los trituran hasta obtener una pasta (foto 3). Dicha pasta se vierte en un vaso de precipitados, que añadiéndole agua destilada en proporción de 1 parte de himenio machacado y 3 de agua, agitándolo hasta obtener una mezcla homogénea (foto 4). La mezcla ya homogénea se filtrará para eliminar los restos de tejidos fúngicos, obteniendo como resultado el inocuo esporal (foto 5).
Una vez obtenido el inóculo esporal, este se puede añadir al agua de riego o regar directamente, impregnado la tierra y semilla (foto 6), que al germinar puedan infectar las raíces y formar microrrizas. (es mejor hacer la inoculación a planta de una sabia u nos evitaremos el proceso de plantación).
Obtención de resultados: Para obtener buenos resultados hay que tener en cuenta la compatibilidad de la simbiosis y utilizar hongos con capacidad de infectar las raíces de las plantas que nos interesa microrrizar (foto 7).
Textos y fotografía: David García