jueves, 8 de diciembre de 2016

Galérida Ornitólogos solicita el deslinde y amojonamiento de la Cañada Real Leonesa Occidental en Arévalo

El pasado 30 de noviembre de 2016, desde Galérida Ornitólogos, presentamos en el registro del Excmo. Ayuntamiento de Arévalo un escrito por el que solicitamos la aprobación, en Pleno Municipal de este Ayuntamiento, de la solicitud formal a la Junta de Castilla y León para que se inicie el expediente de deslinde y amojonamiento de la "Cañada Real Leonesa Occidental" en el tramo que discurre entre la ermita de La Caminanta y el puente de Los Lobos en una primera fase. Y, a continuación, el deslinde y amojonamiento de esta vía pecuaria en todo su recorrido por el término municipal de Arévalo.
 
El texto integro del documento es el siguiente:
El pasado lunes, 21 de noviembre, Arévalo volvía a ser lugar de paso para un numeroso rebaño de ovejas en trashumancia hacia lugares más favorables de la Comunidad de Madrid. El Ayuntamiento de Arévalo celebró la Fiesta de la Mesta, por tercer año consecutivo, con el paso de 2.000 ovejas a través de lo que en su día fuera la Cañada Real Coruñesa (actual Avda. de Emilio Romero). El Ayuntamiento y la Asociación de Amigos del Museo de las Ferias y el Patrimonio de Medina del Campo han contribuido de nuevo con la Asociación Trashumancia y Naturaleza en la recuperación de esta antigua práctica de trasiego ganadero a través de la Península Ibérica. Desde antiguo, en España se configuró un patrimonio público, especialmente protegido, destinado al uso predominante de la ganadería ovina. El Real Concejo de la Mesta, el importante recurso económico y estratégico que representaba la lana en gran parte del Imperio y países periféricos y el control político del territorio hicieron posible esta realidad. Sin embargo, las cañadas o vías pecuarias, hoy en día, constituyen un patrimonio ciudadano que sufre desprotección, ocupaciones y roturaciones fraudulentas y en cierto modo desidia institucional por parte de las administraciones tutoras. Su definición la encontramos rápidamente en la vigente Ley 3/1995, de 23 de marzo, de vías pecuarias, donde su artículo primero dice: “Se entiende por vías pecuarias las rutas por donde discurre o ha venido discurriendo tradicionalmente el tránsito ganadero”.

Desde Hace cientos de años, la situación estratégica en la que Arévalo se encuentra ha propiciado que este territorio sea un importante cruce de cañadas. La leyenda de nuestros mapas geográficos refleja la existencia de varias vías pecuarias, algunas de ellas con un papel activo en el casco urbano o en las inmediaciones. La Cañada Real Leonesa Occidental, la Cañada Real Coruñesa, la Cañada Burgalesa, el Cordel de Toledo, la Vereda de la Calzada de Peñaranda son algunos de sus ejemplos. Es verdad que esta actividad agro-ganadera está en desuso en la actualidad salvo esporádicas fechas conmemorativas como la que nos ocupa. El uso de las cañadas o vías pecuarias ha ido cambiando inexorablemente y la mayor parte de la ciudadanía lo percibe así. La propia dinámica de la sociedad y la evolución de los tejidos agroambientales están forzando hasta el ámbito residual la función de la cañada como espacio de tránsito o descansadero ganadero.
Por el contrario, la sociedad actual demanda otros usos y otra funcionalidad para este patrimonio público y ganan peso otros conceptos como las funciones ecológicas, el ocio y esparcimiento sin olvidarnos de su función histórico-cultural. La propia Ley manifiesta a continuación, en el punto 3: “Asimismo, las vías pecuarias podrán ser destinadas a otros usos compatibles y complementarios en términos acordes con su naturaleza y sus fines, dando prioridad al tránsito ganadero y otros usos rurales, e inspirándose en el desarrollo sostenible y el respeto al medio ambiente, al paisaje y al patrimonio natural y cultural”. El siguiente artículo, sobre la naturaleza jurídica de las vías pecuarias, escribe de manera clara y sosegada lo siguiente: “Las vías pecuarias son bienes de dominio público de las Comunidades Autónomas y, en consecuencia, inalienables, imprescriptibles e inembargables”. Como última referencia cabe citar, además, que en la primera parte de la exposición de motivos de la ley encontramos varios párrafos de gran interés para terminar de dar cuerpo a esta solicitud y que entre otros destacamos los siguientes: “también han de ser consideradas las vías pecuarias como, esenciales para la migración, la distribución geográfica y el intercambio genético de las especies silvestres”… “Finalmente, y atendiendo a una demanda social creciente, las vías pecuarias pueden constituir un instrumento favorecedor del contacto del hombre con la naturaleza y de la ordenación del entorno medioambiental”… “Todo ello convierte a la red de vías pecuarias –con sus elementos culturales anexos- en un legado histórico de interés capital, único en Europa, cuya preservación no garantiza en modo alguno la normativa vigente” (este era uno de los motivos para aprobar la Ley, en 1995).

Expuesto lo anterior sobre el papel, nos vamos al campo y la primera realidad con la que nos encontramos es que sabemos más o menos por dónde van la cañadas, más o menos atisbamos su anchura, la que no ha sido usurpada, claro, más o menos… más o menos reiteradamente y ahí nos quedaremos en la mayor parte de los tramos de las cañadas a su paso por Arévalo. Es verdad que existe un proyecto de clasificación de las cañadas pero también es verdad que es insuficiente. Es necesario que se den los siguientes pasos para que estos espacios, este patrimonio y este dominio público pueda ser percibido como tal con total nitidez. Los pasos siguientes deberán ser el deslinde y el amojonamiento, la desafectación y cualesquiera otros actos relacionados con las mismas como bien recoge el artículo quinto de la citada ley de vías pecuarias sobre conservación y defensa de las mismas. Volvemos a nuestros terrenos y comprobamos, además, que las cañadas pueden servirnos para complementar espacios ambientales que poco a poco y no sin cierta dificultad, se van recuperando para el uso social de las gentes de Arévalo y la Comarca de La Moraña. En paralelo con el Paseo Fluvial del río Arevalillo discurre la Cañada Real Leonesa Occidental y claro, su recorrido, anchura y otros aspectos resultan dudosos. Comprobamos que no se encuentra deslindada y tampoco amojonada y ni siquiera sabemos si este patrimonio ciudadano se mantiene en su cabida o superficie original y no ha sido usurpado e invadido. Por ende, esta solicitud pretende ser una reflexión y a la vez una demanda.

La reflexión está servida y tenemos claro que es un patrimonio a reciclar cuyo primer paso eficaz es demandar que se revise su clasificación y se proceda a su deslinde y al amojonamiento del espacio real por donde discurre. La cañada Real Leones Occidental va jalonando las aguas del río Arevalillo en su vertiente oeste y destacan al menos tres tramos de interés en las proximidades del casco urbano de Arévalo. Uno de ellos, el que discurre entre la ermita de La Caminanta y el puente de Los Lobos, resulta prioritario para consolidar un gran espacio de uso público que permita el tránsito administrativo al cual hemos denominado “De Paseo a Parque Fluvial del río Arevalillo”. Este parque fluvial abarca una superficie de titularidad pública de más de 100.000 metros cuadrados y su consolidación física y administrativa redundará en el beneficio de la sociedad arevalense al refrendarse como Bien Patrimonial Natural una serie de espacios geográficos en bastante desuso hasta hace escasas fechas. El ayuntamiento tiene herramientas administrativas suficientes para impulsar, ante la Administración Comunitaria de la Junta de Castilla y León, el inicio del expediente oportuno que desemboque en el amojonamiento del tramo más urbano de la Cañada Real Leonesa Occidental, en la primera fase de actuación.

Comenzábamos esta solicitud con una mención expresa al paso reciente de ganado trashumante por la ciudad y la implicación del propio ayuntamiento en esa III Fiesta de la Trashumancia y creemos firmemente que se puede hacer más.
Por todo lo expuesto en el presente escrito, SE SOLICITA:
La aprobación, en Pleno Municipal de este Ayuntamiento, de la solicitud formal a la Junta de Castilla y León para que se inicie el expediente de deslinde y amojonamiento de la Cañada Real Leonesa Occidental en el tramo que discurre entre la ermita de la Caminanta y el puente de Los Lobos en una primera fase. Y, a continuación, el deslinde y amojonamiento de esta vía pecuaria en todo su recorrido por el término municipal de Arévalo.
 
El Parque Fluvial del río Arevalillo puede ser una realidad si el ayuntamiento sabe consolidar este espacio natural dotándole de una protección administrativa eficaz y la elaboración de un programa integral de recuperación con proyectos que recojan la confluencia entre los vecinos y la naturaleza teniendo en cuenta los valores de paisaje natural, el patrimonio cultural, las construcciones civiles, la flora y la fauna autóctonas, entre otros aspectos relevantes y de interés. Se ha celebrado la I jornada de voluntariado ambiental con la colaboración activa de personas sensibilizadas con nuestro medio ambiente local; sigamos dando pasos hacia adelante.
Arévalo, 30 de noviembre de 2016