jueves, 26 de agosto de 2010

CONSECUENCIAS X ENVENENAMIENTOS DE LA MORAÑA

Muestran “tolerancia cero” con los venenos pero estudian recurrir la decisión de la Junta
Los cazadores critican que la veda total se haya establecido después de recaudar

María Cuenca
Han pagado sus licencias, están en plena temporada de codorniz y se han visto “castigados” por el envenenamiento de aves protegidas en distintos puntos de La Moraña. Los cazadores muestran su “tolerancia cero” con el veneno, pero estudian recurrir la decisión de la Consejería de Medio Ambiente de establecer una veda total en ocho municipios.
Así lo ha explicado Emiliano Sastre, delegado provincial de Caza, quien critica que “la culpa siempre es de los cazadores” y advierte que la suspensión del aprovechamiento cinegético, previsto durante un periodo de dos años, “no va a servir para nada”.
“Podían haberlo hecho antes de que se abriera la media veda –el pasado 15 de agosto- y de que los cazadores pagaran sus licencias, o esperar a que se cerrara –el 19 de septiembre- la temporada”, critica, teniendo en cuenta que la Junta ya ha recaudado por este concepto las cantidades correspondientes y que se lleva estudiando desde el mes de abril la posibilidad de establecer una veda total en La Moraña.
En total, se estima que hay alrededor de 500 cazadores afectados por la suspensión.
Sastre considera, en este sentido, que los cazadores no son los responsables de lo ocurrido y asegura que se ha colaborado siempre con todos los programas para la conservación de especies protegidas. Frente a ello, resalta que venenos como el aldicarb, a pesar de estar prohibidos, pueden adquirirse en el mercado, por lo que piden que se busque a los verdaderos culpables. Al respecto, ha mostrado su “tolerancia cero” con el uso de venenos y asegura que la federación está dispuesta a colaborar con la Consejería de Medio Ambiente, “siempre que no nos traten como imputados”.
La Delegación de Caza estudia por ello recurrir la decisión de la Junta y critica que “apenas se ha ofrecido información” a los propios cazadores. “Si el cierre de los cotos es para que las aves protegidas se recuperen, no se va a conseguir así”, insiste.
Incluso afirma que podría plantearse un programa “sin cierre total”, teniendo en cuenta que “hay zonas en las que se prohíbe cazar que están muy lejos de los núcleos donde se han producido los envenenamientos”. (+info)