
De dificultad baja y en torno a los 11 km, se inicia desde la ermita de La Caminanta, regresando al mismo lugar del inicio y recomendable a cualquier hora del día.
ubicación de la zona del Pinar de Orán, Google Earth
Paradójicamente, la semana pasada, hablábamos en este blog de “Nuestro Legado Pinariego”, de las bondades de una masa arbórea que nos ha acompañado a lo largo de la historia y que, aunque no seamos conscientes, nos aporta unos valores únicos de los que otros muchos territorios no pueden presumir. Quienes conocemos, estudiamos y disfrutamos el medio natural sabemos que tenemos verdaderos vergeles de vida en nuestra comarca que albergan joyas únicas en el mundo, como del tan escaso Águila Imperial (Aquila adalberti), tan bien representado en la comarca.
inmaduro en el pinar; fotografía, con técnica de fotodigiscoping, de V. Coello
mapa geológico de España (dunas coloreadas)
Estas razones y otras que ya han expuesto otras personas y colectivos son suficientes, a nuestro entender, para propiciar un marco de referencia a la hora de solicitar la declaración como figura LIC de todos los enclaves pinariegos que jalonan al río Adaja en su fluido devenir hacia la desembocadura, hacia el encuentro con el padre del gran valle, de la gran meseta septentrional, esto es, hacia el río Duero.
Es tiempo de comprometerse con el Medio Natural próximo, de tomar decisiones justas y amparadas en el sentido común. Es tiempo de facilitar, a quienes vienen empujando, a las generaciones futuras, lugares para el disfrute de los sentidos, oportunidades para el crecimiento personal en armonía con la naturaleza.
Confiamos en que el Ayuntamiento de Arévalo vuelva a votar en contra de este nuevo peligro que aguarda sigiloso para dar un zarpazo mortal sobre nuestro legado pinariego.
detalle de los frutos.
El espino albar es un arbusto o arbolillo de entre 3 y 7 m. que se ramifica profusamente y que pierde la hoja para pasar el invierno. Hojas simples en disposición alterna, con peciolo bien desarrollado y lámina obovada, espatulaza o aovada, hendida más o menos profundamente en 3 o 7 lóbulos desiguales y estrechada en forma de cuña en la base.
Los frutos, llamados majuelas o majueletas son globosos u ovoides, de color rojo, con el tamaño de un guisante o un poco más gruesos, excavados en el ápice y con los sépalos persistentes y revueltos; tienen un solo huesecillo y una carne harinosa de sabor dulce.
detalle de la otoñada de las hojas.
Florece por abril o mayo y los frutos maduran en septiembre y ahora, en octubre. Se adapta a todo tipo de terrenos, desde el nivel del mar hasta por encima de los 1.800 m. tanto en climas fríos como en cálidos, en los setos, espinares, sotos, ribazos y linderos de los bosques.
El nombre científico del espino majuelo era ya empleado por los romanos para designar al acerolo (C. Azarolus L.) y procede del adjetivo griego Krataios: fuerte, robusto, alusión a su madera que es durísima y muy resistente al rozamiento, de color blanco o rosado, apreciada en tornería. Es específico, monogyna, recuerda que su pistilo posee un solo huesecillo.
El majuelo se ha empleado para formar setos espinosos y como patrón en que injertar los perales y otros frutales de la familia. Los huesos de sus frutos, según Font Quer, se han encontrado en asentamientos humanos prehistóricos y debieron ser parte de la alimentación del hombre. Las flores, recogidas en primavera y desecadas gozan de propiedades sedantes y antiespasmódicas, entre otras, tomándose en tisana, durante la comida y la cena. Es planta melífera.
paisaje otoñal sobre el río Adaja, en el espacio LIC (Lugares de Importancia Comunitaria) de la Red Natura 2000, denominado Riberas del río Adaja y afluentes, en el término municipal de Arévalo.
fotografía: V. Coello
El profundo cambio paisajístico producido y el fuerte déficit de madera con el que, entre otros, construir navíos, obligó a los Reyes Católicos y, posteriormente, a Carlos V a llevar a cabo una intensa política reforestadora, tan carente en la actualidad. El problema era que la encina es una especie de crecimiento lento y, por tanto, de baja productividad lo que les llevó a plantar otras de desarrollo más vivaz, caso del Pino piñonero y el Pino resinero, los cuales nos han acompañado hasta nuestros días.
El pinar es un símbolo de La Moraña, sobre todo en el Interfluvio Adaja-Arevalillo, y siempre ha sido fuente de aprovechamiento para el hombre. Un escrupuloso y metódico modelo de ordenación forestal permite a los Montes Públicos proporcionar madera y leña, a la vez que se asegura el sostenimiento de la masa pinariega. A ello se le une la recolección de piñas y piñones, la resinación o el pastoreo, sin olvidarnos de los memorables ratos de ocio que, a lo largo de nuestra vida, nos ha brindado, bien sea practicando la micología o el senderismo o disfrutando de una apacible merienda primaveral.
Por desgracia, hoy volvemos la espalda a nuestro monte y menospreciamos la delicada sutileza con la que, sin darnos cuenta, nos atrapa. La errónea concepción de lo común que merodea entre muchos de nosotros hace que nuestros pinares estén tristes. Estén tristes por las basuras que se amontonan, los animales que desaparecen, los incongruentes proyectos que surgen en torno a él y que, al igual que la burbuja inmobiliaria, se desinflarán virulentamente.
Nuestros bosques y pinares son parte de nuestro patrimonio, son parte de nuestra tierra, de nuestra frágil identidad, de nuestras vidas. Ahora que llega la época de setas y nos lanzamos en busca del preciado níscalo, comencemos a ser respetuosos con el monte y avancemos hacia el civismo ambiental que las futuras generaciones de morañegos han de heredar.
David Sánchez Sáez, Geógrafo / fotografía: V. Coello
detalle del enmarañado entre hojas y frutos.
De todos es conocido que el nombre del rosal, Rosa, nos lo legaron los romanos, sobre todo los que estudiaron latín y lo tuvieron que recitar como ejemplo de la 1ª declinación; a su vez este nombre procede del griego rhodon: rosa. Rosa canina, es decir, rosa de perro, es la transcripción latina del nombre griego del rosal silvestre: Kynorhodon, según algunos, nombre despectivo y según otros, dado en recuerdo de que sus aguijones se asemejan a los colmillos de este animal; o porque se uso contra la rabia.
El fruto, llamado escaramujo o tapaculo, está formado por el receptáculo que se torna carnoso y toma un color rojo y una forma aovada; su interior contiene numerosos huesecillos -los verdaderos frutos en núcula- y está tapizado de pelillos irritantes; recibe en botánica el nombre de cinorrodon (de Kynorhodon, su nombre griego).
Permanecen en la mata hasta que sirven de alimento invernal a numerosos animales que actúan como dispersadores de sus semillas, especialmente mamíferos carnívoros como los zorros y garduñas. Entre las aves destacan con diferencia los mirlos y zorzales; seguidos de las palomas torcaces y en menor medida por petirrojos y currucas capirotadas. Las semillas son buscadas por los verderones que las consumen tras romper el fruto a picotazos. El ratón de campo corta los frutos y lo transporta a sus despensas para comer sus semillas.
Los escaramujos gozan de propiedades astringentes y se han usado, lo mismo que la raiz, en cocimiento, para cortar las diarreas; más interesante es su riqueza en vitaminas carotenoides (provitamina A), vitamina P y sobre todo vitamina C, por lo que se consideran tradicionalmente como un excelente antiescorbútico. Se comen crudos, quitándoles previamente los huesecillos y pelos que contienen, los primeros algo tóxicos, los segundos irritantes; también se fabrica con ellos mermeladas o preparados farmaceúticos como extractos fluidos o tinturas.
fotografía: V. Coello
Lo primero que hemos de hacer es alzar la vista a lo alto de la torreta o poste. Si observamos aisladores o elementos de tensión por encima del poste, el riesgo de que un ave al posarse los toque es alto, con la consiguiente electrocución.
Se aprecia el aislador por encima de la torreta con su puente de unión, responsable de la mayoría de accidentes
Este tipo de apoyos de aisladores rígidos son muy peligrosos por la fácil accesibilidad de los conductores a las aves.
Búho real electrocutado, en apoyo con aisladores rígidos. Foto: Rafa Torralba.
También sería un apoyo peligroso, como vimos al principio, si el ave puede tocar algún conductor mientras está posado, cuando el poste es metálico. En caso de que el poste fuera de madera debería de tocar 2 conductores para recibir la descarga eléctrica.
Ojo: En días de lluvia o cuando el ave tiene el plumaje mojado, no haría falta llegar a tocar el cable o conductor, ya que se formaría un arco. Por lo tanto, la electrocución depende del tipo y diseño de poste.
Los apoyos en bóveda son muy comunes, aunque más seguros que el resto, también se cobran bajas en las aves
Las grandes líneas de transporte no suponen peligro de electrocución para las aves debido a la separación entre cables. El único peligro que suponen sería la colisión contra los conductores que veremos más adelante.
Apoyo modificado parcialmente. El puente de la izqda lo vemos por debajo de la torreta, mientras que el de la dcha sigue por encima siendo accesible a la avifauna.
Modificación completa. Se observa que no pasa ningún puente de unión por encima de la cruceta.
Apoyo de fin de línea con puentes de unión al transformador al aire antes de la modificación…
…después de la modificación. Se aprecian los puentes de unión modificados de manera inaccesible para las aves.
Disuasor de posado colocado en torreta con apoyos de tresbolillo. Foto: Rafa Torralba.
Disuasores para cigüeñas blancas. Foto: Miguel Redondo.
Estos disuasores en forma de paraguas invertido impiden a las cigüeñas blancas y otras aves emplazar sus plataformas en las torretas. El problema de estas estructuras es el peligro de quedar ensartadas las aves en las varillas como se ha comprobado en algunas poblaciones extremeñas.
Otro tipo de estructura para evitar emplazamientos de nidos de Cigüeña blanca.
Colisiones contra conductores eléctricos: La colisión de aves contra los conductores eléctricos se suele dar con más asiduidad en aves de cierto tamaño que vuelan en bandada como anátidas, avutardas, etc. Los accidentes se suelen producir con mayor frecuencia en días con visibilidad nula o deficiente, tales como, días de lluvia o de niebla y en las horas del ocaso u orto.
Salvapájaros en forma de espiral.
Estos dispositivos anticolisión son muy cuestionados por algunos especialistas, ya que reducen la mortalidad en un porcentaje muy bajo según han demostrado algunos estudios. La solución para evitar bajas, consistiría en señalizar puntos negros conocidos, tendidos próximos a zonas húmedas y de zonas de concentración de aves como dormideros y lugares de querencia por éstas, etc, aunque lo ideal sería el soterramiento y evitar el trazado de líneas en áreas sensibles.
Si localizas algún ave electrocutada o muerta por colisión, no toques el cadáver y avisa a los Agentes Medioambientales de la zona, Seprona de la Guardia Civil o Asociación Ecologista (Seo, Ecologistas en Acción, etc)
Agentes Medioambientales recogiendo un cadáver de avutarda
Este artículo está realizado por Javier García, A. M. A. y naturalista desde bien pequeño. Muchas gracias por la cesión del artículo, es importante divulgar el cuidado y respeto de las aves. Un abrazo.
La ubicación elegida es el depósito de agua potable de la localidad. Su emplazamiento resulta interesante por varios motivos. En primer lugar por su elevación, hecho que permitirá a las futuras parejas de cernícalo primilla que utilicen estas cajas nido, mantener esa distancia de seguridad prudente que facilitará su presencia. También por la posibilidad que ofrece a la hora del seguimiento visual directo y aprovechando esa distancia de seguridad para no molestar a los ejemplares. Finalmente, al encontrarse en las proximidades de la iglesia, favorecerá que las parejas que en ésta se encuentran alojadas, tengan un campo de ampliación y asentamiento en la medida que la población vaya creciendo. Aprovechamos, para comentar que este tipo de actividades son muy útiles a la hora de permitir que poblaciones de especies en peligro, como es el caso de esta pequeña falcónida, puedan ampliar sus poblaciones.